plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

miércoles, 17 de octubre de 2007

los ojos a salvo-C.Blázquez



Salió del bosque por donde había entrado.
Sus ojos a salvo, enterrados por él, en el bosque.
Salió por donde hubo entrado.
Pensó volver; sabía que eso pensaría
apenas abandonara el bosque.
Pudo volver, mas no volvió a por los ojos.
Sin mirar atrás entró para no mirar atrás.
No volvió a por sus ojos.

Se alejó del bosque y llegó a la casa.
Abrazó cada libro uno por uno
Se abrazó a la silla y a la mesa
Estrechó la almohada contra su pecho
y acercó una brújula a su boca
entonó cánticos.

Al otro lado del mundo
comenzó a librarse
la más antigua batalla.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
C.Blázquez ( de Líticas autointuiciones)

4 comentarios:

antonio medinilla dijo...

En el bosque "esencial, simbólico" todo movimiento es circular, bucle de sí y no.

El poema me lleva a ese batarllar en giros entre el bosque, el hogar sin y el gran salto de la herida a lo Otro.

Me encantó, este poema, y este blog que brilla ya como pocos.

Antonio Medinilla

karmen blázquez dijo...

Gracias amigo Antonio, hablas de lo que digo y de lo que no digo, porque cuántas veces uno escribe sin querer saber, pero la magia hace que otros le muestren lo que no quiere saber.Y así contigo, siempre contigo,
Abrazo
k

Unknown dijo...

Llevo un tiempo caminado por tu espacio; un espacio que desconocía a pesar de seguir con silenciosa delicadeza tus apasionadas cabalgadas en los territorios de Factor Serpiente. Y estoy asombrado de que algo -por fin- me ha halla podido asombrar, o conmover por dentro. Hablo de tus poemas, con ese punto de épica que tanto me seducen; pero hablo también de tus elecciones, de esos libros que te envuelven y a veces amenazan con ahorcante con un bramante de seda.
Sólo quería decírtelo.

Un fuerte abrazo
Carlos Morales

(Ah, te vinculo a mi espacio principal:
http://eltorodebarro.blogspot.com/)
La luz del celemín no está hecha para ocultarla debajo de una mesa...

karmen blázquez dijo...

Son las resurreciones Carlos. Uno resucita a los muertos poetas cuando los lee y a cada uno de nosotros se le resucita dentro el que menos pensaba que iba a hacerlo. Sin proponérselo.
Naturalmente toda resurrección es un acto traumático,diría que es lo más traumático que existe, pues es mucho más fácil morir que resucitar, y no puede darse una cosa sin la otra y por y para la otra.
Gracias por tu mirada, muchas gracias también por ubicarme en tu blog, yo haré lo mismo en cuanto tenga un rato.
Abrazos
k