plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

lunes, 30 de mayo de 2011

Para que mediten los jinetes-Franz KAFKA

Si bien se piensa, no es tan envidiable ser vencedor en una carrera de caballos.
La gloria de ser reconocido como el mejor jinete de un país marea demasiado, junto al estrépito de la orquesta, para no sentir a la mañana siguiente cierto arrepentimiento.
La envidia de los contrincantes, hombres astutos y bastante influyentes, nos entristece al atravesar el estrecho pasaje que recorremos después de cada carrera y que pronto aparece desierto ante nuestra mirada, exceptuando algunos jinetes retrasados, que se destacan diminutos sobre el borde del horizonte.
La mayoría de nuestros amigos se apresuran a cobrar sus ganancias y sólo nos gritan un lejano y distraído «¡hurra!», volviéndose a medias, desde las alejadas ventanillas; pero los mejores amigos no apostaron nada a nuestro caballo porque temían enojarse con nosotros si perdíamos; ahora que nuestro caballo venció y ellos no ganaron nada, se vuelven cuando pasamos a su lado y prefieren contemplar las tribunas.
Detrás de nosotros, los contrincantes, afirmados en sus cabalgaduras, tratan de olvidar su mala suerte y la injusticia que en cierto modo se ha cometido con ellos; tratan de contemplar las cosas desde un nuevo punto de vista, como si después de este juego de niños debiera comenzar otra carrera, la verdadera.
Muchas damas consideran burlonamente al vencedor, porque parece hinchado de vanidad y, sin embargo, no sabe cómo encarar los interminables apretones de manos, congratulaciones, reverencias y saludos desde lejos, mientras los vencidos se callan la boca y acarician ligeramente las crines de sus caballos, muchos de los cuales relinchan.
Finalmente, bajo un cielo entristecido, empieza a llover

viernes, 27 de mayo de 2011

de Acoplas mientras la muerte-C.Blázquez

no busques donde me tengo
sino en la reja
donde me dejas
don de lo mudo

mientras la muerte
lis de la muta
anuda: hubo
nohay y ahí

la especie brota
y en bruta lid
debuto

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de Acoplas mientras la muerte-(en Apoplejías del hereje)
C. Blázquez

jueves, 26 de mayo de 2011

de Mil y ninguna maneras de mirar un ciervo-C.Blázquez

oye en los gritos de garza
lo que tu decir no daba:

Tus astas eran amor
esqueleto de mis alas

tácito azul de la boca del ciervo
despacio amante muerte fragua

y no se fieren
de arquero lance
es la funesta sed
de riberas en ciernes
que a la garza y al ciervo
siempre malfiere

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de Mil y ninguna maneras de mirar un ciervo-(en Apoplejías del hereje)
C.Blázquez

domingo, 22 de mayo de 2011

de Apoplejías del hereje-C.Blázquez

Hasta aquí hemos traducido hasta ese imperativo túmulo ¡crean! emperador hemos traducido y ahora optamos por crear necesitamos más espacio porque aunque tienen el cielo los vientos insisten y soplan aquí hay que dar más Olimpo a los dioses tiéndete Musa y míranos el corazón ya sangra así de poco mas todavía un corazón abandonado por la sangre somos ora tú que uña y carne son persuasión recuerdos de su vientre Jesús ¿recuerdas de su vientre? oh Mylord mestizo no creas en los dioses verdaderos su crepúsculo es falso yo la novia he invitado a mis nupcias a Discordia la del rostro de dunas removiéndose pues crear es defenderse de la Verdad la del rostro de dunas removidas nadie ha venido a saber de qué metal es el alma ahora pronuncio yo cimiento verdadero crepúsculo ya-cimiento ¿dónde estáis? ahí ahí hay hombres que dicen ay ay porque ahí ay porque hay dicen ay son hombres porque dicen ay dicen negra constante irrelevancia de la mano y de la máquina ay oh Mylord se nos ha derramado la paciencia no volverá a ser dios el pez dorado y la mitad del templo es calandria y la otra mitad del tiempo.
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de Apoplejías del hereje-C.Blázquez

viernes, 20 de mayo de 2011

sobre Stefan GEORGE- por LOU Andreas SALOME-

1898
Puede ser de una importancia enorme, indirecta, si al mismo tiempo, a causa de un estilo espiritual y artístico afinado en otra modalidad, un lírico alemán de genialidad técnica cobra la influencia que ahora está empezando a tener Stefan George. He de mencionar su nombre porque lo que representa queda tan perfectamente satisfecho con su exclusiva personalidad que sus imitadores deben ser adscritos a un lugar completamente distinto al suyo. Pues cuando se ve cómo le imitan, incluso con mucho talento, salta a la vista el predominio de la técnica sobre el contenido como una carencia, mientras que en Stefan George todo contenido que asienta como base no sólo está estrechamente ligado a su técnica formal en una maravillosa relación íntima, sino que también se relaciona con lo externo e interno de él como ser humano, con su postura, su voz, su rotro, su sonrisa, en una armonia de tan delicadas tonalidades que la verdadera obra de arte parece consistir precisamente en la unión de esta personalidad con la lírica que ella misma ha creado. Sin duda me he expresado de un modo un tanto paradójico, pero en lo esencial es esto lo que sucede, lo cual explica buena parte de la admiración ilimitada que suscita por un lado y, por otro, de la crítica convencida a las cualidades poéticas de Stefan George, que en su mayor parte suelen vincularse a su nombre pronunciado no con mucha frecuencia, si bien siempre acompañado de un énfasis particular. Nunca había asistido a una transformación tan victoriosa e imponente como la que en su recitación experimentan los poemas de Stefan George; era como si flores muertas secadas con esmero y bellamente ordenadas dieran de súbito un salto del herbario a un floreciente Jardín de la Vida, y todas y cada una de sus hojas diminutas se extendieran al sol estival reluciendo en dorados tonos verdes. Esta imagen es falsa a propósito, en tanto que las forma puras y rigurosamente técnicas de la lírica de George no matan ni resecan la vida de su contenido artísico; más aún se adaptan a dicho contenido en todo sus matices con una maestría de la que sólo es capaz un gran técnico. Pero la impresión que tranmite esta imagen falsa es sin embargo correcta en lo fundamental, porque en su mayoría el contenido artístico de la lírica de George está tan poco sacado de las profundidades del alma humana, parece surgir de una plenitud espiritual tan poco complicada, cautivadora, internamente conmovida, que incluso su efecto en el oyente no requiere más que una ligera partcipación de las capas más hondas del sentimiento, y esta ligera resonancia a interés superficial hace que de forma involuntaria nuestra atención se dirija con una mayor consciencia a los medios técnicos de expresión de la poesía de George aunque en ella forma y contenido se fusionen de forma ejemplar. [...] Y sin embargo el efecto que prevalece es el meramente artístico, no complementado de forma artificial con recursos personales, pues su personalidad repite de por sí la obra de arte que ha creado, vuelve a recordar la impresión que produce en su forma humana exterior simbólicamente estilizada, como si hubiera surgido de sus propias poesías y fuera su criatura no menos que su creador.

L. Andreas Salomé, "Grundformen der Kunst. Eine psychologische Studie": Pan 3 (1898), pp.23-28
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en Antología de poesía y prosa de Stefan GEORGE-Nada hay donde la palabra quiebra-Edición y traducción de Carmen GÓMEZ GARCÍA-edit. Trotta,2011

domingo, 1 de mayo de 2011

primera ad-versión-C.Blázquez

Ello está bien
atado como un loco
de atar a ella
tan minuciosa en semblanzas

Ella dice que toda semblanza
es premonición
y que sólo quiere
descansar como un valle

Ello reaparece
y cambia de postura
Ella y ello cambian de postura
Ello dice que cada postura
es retroceso
y ella dice que sí
porque es recordatorio
y se mete los dedos del pie
en la boca
que es donde ella guarda los recuerdos
y encuentra un regreso imaginado
al movimiento de la lengua
antes de la sílaba labial
cuando el pasado cesa
y un puente tiembla y se mece*
con la cosa viva
separada de la vida
por un fausto y mortal crecimiento

Ello se apega dúctil
con inflorescencias invasoras
y dice: liviana muerte soy y te adormezca
Ella anhela ese rumor de alejamiento
ese ruido de las partículas
el gozo de su radiación:
sólo se mueve la onda y sobre sí

¡Ah! es un instante tan mínimo
que el dolor que sobrevuela
no tiene donde posarse

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* verso de una saeta popular de Sevilla
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C.Blázquez (de Logoi spermatikoi)
publicado en este blog el 3 de febrero 2010