tag:blogger.com,1999:blog-9494121942825493902024-02-19T22:56:27.535-08:00La fogonerakarmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.comBlogger674125tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-70116395456538114962013-09-04T12:41:00.000-07:002014-02-10T05:55:28.526-08:00Compañía-Samuel BECKETT. Texto completo<span style="background-color: #f6b26b;"><span><span style="background-color: #e69138;"></span></span></span><span style="background-color: #f9cb9c;"></span><span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
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<div class="yui_3_7_2_35_1378317000124_55" id="yui_3_7_2_35_1378317000124_68" style="color: black; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 12pt;">
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<div class="yiv9771214848yui_3_7_2_35_1378243328654_55 yui_3_7_2_35_1378317000124_56" id="yiv9771214848yui_3_7_2_35_1378243328654_70" style="color: black; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 12pt;">
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<div class="yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377924970270_55 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1378243328654_56 yui_3_7_2_35_1378317000124_57" id="yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377924970270_65" style="color: black; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 12pt;">
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<div class="yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377917994047_55 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377924970270_56 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1378243328654_57 yui_3_7_2_35_1378317000124_58" id="yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377917994047_67" style="color: black; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 10pt;">
<div id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_59" style="margin-left: 40px; text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_166" style="font-size: small;"><br /></span></span></span></div>
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<div class="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_56 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377917994047_57 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377924970270_58 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1378243328654_59 yui_3_7_2_35_1378317000124_60" id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_63" style="font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 10pt;">
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Una voz llega a alguien en la oscuridad. Imaginar. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">A
alguien boca arriba en la obscuridad. Lo nota por la presión en la
espalda y
los cambios en la oscuridad, cuando cierra los ojos y de nuevo cuando
los abre. Sólo se puede verificar una ínfima parte de lo dicho. Como,
por ejemplo, cuando oye: "Estás
boca arriba en la obscuridad." Entonces ha de admitir la verdad de lo
dicho. Pero la mayor parte, con mucho, de lo dicho no se puede
verificar. Como, por ejemplo, cuando oye:"Viste la luz por primera vez
tal y cual día y ahora estás boca arriba en la obscuridad." Estratagema,
tal vez, destinada a hacer recaer sobre lo primero la irrefutabilidad
de lo segundo. Tal es, pues, la proposición. A alguien boca arriba en la
obscuridad una voz habla de un
pasado. Con alusiones ocasionales a un presente y, con menor
frecuencia, a un futuro, como, por ejemplo: "Acabarás tal como estás
ahora." Y en otra obscuridad o en la misma otro imaginándolo todo para
hacerse compañía. Déjalo rápido. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">El uso de la segunda persona
caracteriza a la voz. El de la tercera al otro. Si también él pudiera
hablar a aquel a quien habla la voz, habría un tecrero. Pero no puede.
No podrá. No puedes. No podrás. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Aparte de la voz y del tenue
sonido de su aliento, no se oye nada. Nada, al menos, que él pueda oír.
Lo sabe por el tenue sonido de su aliento. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Aunque ahora siente
aún menor inclinación que nunca a hacerse preguntas, a veces no puede
por menos de preguntarse si de verdad es a él a quien se dirige y de él
de quien habla la voz. ¿No habrá otro a quien y de quien habla la voz?
¿No habrá acertado a escuchar una comunicación destinada a otro? Si está
solo y boca arriba en la
obscuridad, ¿por qué no lo dice la voz? ¿Por qué no dice nunca, por
ejemplo: "Viste la luz tal y cual día y ahora estás solo y boca arriba
en la oscuridad"? ¿Por qué? Tal vez sólo sea para inspirarle esa vaga
sensación de incertidumbre y desconcierto.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Tu inteligencia,
siempre poco viva, ahora lo es aún menos. Esa es la clase de afirmación
que no pone en duda. Viste la luz tal y cual día y tu inteligencia,
siempre poco viva, ahora lo es aún menos. No obstante, cierta actividad
mental, por ligera que sea, es un complemento necesario de la compañía.
Por eso es por lo que la voz no dice: "Estás boca arriba en la
obscuridad y no tienes actividad mental alguna". La voz sola es
compañia, pero no suficiente. Su efecto en el oyente es un complemento
necesario. Aunque sólo sea para inspirarle el estado de vaga
incertidumbre y desconcierto antes citado. Pero, aparte de ese efecto,
es evidente que la compaía es necesaria. Pues, si
sólo oyera esa voz y no le produjese efecto distinto que una expresión
en bantú o en gaélico, ¿no sería igual que callase? A no ser que su
objeto sea atormentar con mero ruido a alguien necesitado de silencio. O
bien que, como ya hemos supuesto antes, vaya dirigida a otro,
naturalmente. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Sales, de niño, de Connolly`s Stores de la mano de
tu madre. Giráis a la derecha y avanzáis en silencio por la carretera
hacia el sur. Al cabo de unos cien pasos, os internáis en el campo e
iniciáis el largo ascenso hacia casa. Cogidos de la mano, avanzáis en
silencio con el aire cálido y en calma del verano. Es a la caída de la
tarde y, unos cien pasos más adelante, aparece el sol sobre la cima de
la pendiente. Alzando la vista hacia el cielo azul y después hacia la
cara de tu madre, rompes el silencio para preguntarle si no está mucho
más lejano de lo que parece. El cielo, claro está. El cielo azul. Al no
recibir respuesta, vuelves a formular
mentalmente la pregunta y unos cien pasos más adelante te vuelves a
mirarla a la cara y le preguntas si no parece mucho más lejano de lo que
está. Por una razón que nunca pudiste comprender, esa pregunta debió de
exasperarla. Pues te soltó, brusca, la mano y te dio una respuesta
hiriente, que nunca has olvidado. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Si la voz no le habla a él,
debe de hablar a otro. Conque, con la razón que le queda, razona. A otro
de ese otro. O de él. O de otro más. A alguien boca arriba en la
obscuridad, en cualquier caso. A alguien boca arriba en la obscuridad,
ya sea el mismo u otro. Conque, con la razón que le queda, razona y
razona mal. Pues, si la voz no le habla a él, sino a otro, en ese caso
ha de hablar de ese otro y no de él ni de otro más. Pues habla en
segunda persona. Si no hablara a aquel de quien habla, no hablaría en
segunda sino en tercera persona. Por ejemplo:"Vio la luz por primera vez
tal y cual día y ahora está boca arriba en
la obscuridad." Así, pues, está claro que, si no es a él a quien habla,
sino a otro, no es de él tampoco, sino de ese otro, y no otro, a ese
otro. Conque, con la razón que le queda, razona mal. Para ser compañía,
ha de mostrar cierta actividad mental. Pero no tiene por qué ser
elevada. En realidad, podríamos afirmar que cuanto más baja, mejor.
Hasta cierto punto. Cuanto más baja la actividad mental, mejor la
compañía. Hasta cierto punto. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Viste la luz por primera vez en la
habitación en que con mayor probabilidad fuiste concebido. El gran
mirador daba al oeste, del lado de las montañas. Principalmente al
oeste. Pues, como era un mirador, daba también un poco al sur y un poco
al norte. Necesariamente. Un poco al sur, con más montañas, y un poco al
norte, del lado de la colina y la llanura. El comadrón no esta otro que
el Dr. Haddin o Haddon. Bigote gris ralo y mirada de animal acorralado.
Como era fiesta, tu padre, nada más
desayunar, salió con una botellita de <span style="font-style: italic;">scotch</span> y un paquete de <span style="font-style: italic;">sandwiches</span>
de huevo, sus preferidos, a dar un paseo por las montañas. Eso no tenía
nada de particular. Pero aquella mañana no sólo lo movía su gusto por
los paseos y la naturaleza salvaje. También lo movía a desaparecer su
aversión por los dolores y demás aspectos desagradables de parto y
alumbramiento. Por eso se llevó los<span style="font-style: italic;"> sandwiches</span>,
con que se regaló al mediodía, mirando hacia el mar, a la sombra de una
gran roca de la primera cima escalada. Podéis imaginar sus pensamiento
antes y después, mientras avanzaba entre tojo y brezo. Cuando regresó,
al anochecer, se enteró, consternado, por la criada, en la puerta
trasera, de que el parto estaba aún en su apogeo. Pese a haber empezado
antes de que él saliera de casa, sus buenas diez horas antes. Al
instante
se dirigió corriendo a la cochera, a unos veinta metros de distancia,
donde guardaba su De Dion Bouton. Cerró las puertas tras sí y se subió
al asiento del conductor. Podéis imaginar sus pensamientos, mientras
permaneció allí sentado en la obscuridad sin saber qué pensar. Aunque
estaba cansado y le dolían los pies, se disponía a salir de nuevo a
campo traviesa y a la luz de la luna joven, cuando llegó la criada
corriendo a decirle que había acabado por fin. ¡Acabado!</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Eres un
viejo que avanza con paso cansino por una estrecha carretera comarcal.
Has salido al amanecer y ahora es el ocaso. El único sonido en el
silencio son tus pasos. Mejor dicho, los únicos sonidos. pues de uno
para otro varían. Escuchas paso tras paso y los añades mentalmente a la
suma en aumento de los anteriores. Te detienes con la cabeza gacha al
borde de la cuneta y los conviertes en metros. A razón, ahora, de dos
pasos por metro. Tantos para añadir
desde el alba a los de ayer. A los del año pasado. A los de años
anteriores. Tiempos distintos de hoy y tan parecidos. La suma
astronómica en kilómetros. En leguas. Tantas vueltas, ya, a la tierra.
Detenida tamibén a tu lado mientras calculas, la sombra de tu padre. Con
sus viejos harapos de vagabundo. Por fin, adelante codo con codo, a
partir de cero otra vez. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">La voz le llega ahora unas veces de un
lado y otras de otro. Unas veces apagada a lo lejos y otras murmullo al
oído. Durante una misma frase puede cambiar de lugar y de tono. Así, por
ejemplo, clara por encima de su rostro vuelto hacia arriba: "Viste la
luz por primera vez un día de Semana Santa y ahora". Después un murmullo
al oído: "Estás boca arriba en la obscuridad." O a la inversa, por
supuesto. Otro detalle: sus largos silencios, cuando se atreve casi a
esperar que no se vuelva a oír. Así, por poner el mismo ejemplo, clara
por encima de su rostro vuelto hacia
arriba: "Viste por priemra vez la luz del día el día que Cristo murió y
ahora. " Luego, mucho después, sobre su esperanza incipiente el
murmullo: "Estás boca arriba en la obscuridad. " O a la inversa, por
supuesto. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Otro detalle, su carácter reiterativo. Repetidas
veces, con variantes mínimas, la misma pesadez. Como si deseara, a
fuerza de repetir, que él lo haga suyo. Que confiese: "Sí, recuerdo. "
Tal vez que tenga una voz incluso. Que murmure: "Sí, recuerdo." ¡Qué
aportación a la compañía! Una voz en primera persona del singular.
Murmurando una vez que otra: "Sí, recuerdo."</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Una vieja mendiga
tocando a tientas un portalón de jardín. Medio ciega. Conoces el lugar
bien. La mujer de la casa, más sorda que una tapia y trastornada, es
amiga de tu madre. Enb tiempos estaba segura de poder volar por el aire.
Conque un día se tiró por la ventana de un primer piso. A la vuelta del
parvulario en tu
diminuta bici, ves a la pobre mendiga vieja intentando entrar. Te bajas
y le abres la puerta. Te bendice. ¿Cuáles fueron sus palabras? Algo
así. Dios te guarde, hijito. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Una voz apagada al máximo de su
potencia. Va menguando poco a poco hasta volverse casi inaudible. Luego
recupera despacio su débil potencia máxima. A cada lento reflujo nace la
esperanza de que se extinga.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Entró despacio en la obscuridad y
el silencio y ahí se quedó tanto tiempo, que, con el juicio que le
quedaba, los consideró el final. Hasta que un día la voz. ¡Un día! Hasta
que por fin la voz dijo: "Estás boca arriba en la obscuridad." Esas
fueron sus primeras palabras. Larga pausa para que diera crédito a sus
oídos y después desde otro lado lo mismo. A continuación, la promesa de
no callar hasta oír "calla". Estás boca arriba en la obscuridad y hasta
oír "calla" no callará esta voz. O ode otro modo. Mientras permaneció en
la sombra y sólo se
oía el extraño sonido, se hizo el silencio despacio y cayeron las
tinieblas. Pues, ¿qué extraño sonido era? ¿De dónde procedía la obscura
luz? </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Estás en el extremo de un trampolín. A mucha altua del mar.
Abajo el rostro vuelto hacia arriba de tu padre. Vuelto hacia ti. Miras
abajo, al querido rostro amigo. Te grita que saltes. Te grita: "Vamos,
valiente." El redondo rostro rojo. El bigote espeso. El cabello
encanecido. El oleaje lo sumerge y vuelve a sacarlo a flote. De nuevo el
lejano grito:"Vamos, valiente." Muchos ojos clavados en ti. Desde el
agua y desde la orilla.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">El extraño sonido. Qué suerte poder
prestarle atención. De vez en cuando. En la obscuridad y el silencio
cerrar, como a la luz, los ojos y oír un sonido. Un objeto moviéndose de
su lugar a su último lugar. Una cosa suave moviéndose con suavidad para
pronto dejar de moverse para siempre. Cerrar los ojos a la obscuridad
visible y oír, si acaso, sólo eso.
Una cosa suave moviéndose con suavidad para pronto dejar de moverse
para siempre. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">La voz emite una luz tenue. La obscuridad se
aclara, mientras aquélla suena. Aumenta, cuando mengua. Se aclara,
cuando recupera su débil potencia máxima. Vuelve a ser intensa, cuando
calla. Estás boca arriba en la obscuridad. Si los ojos hubieran estado
abiertos, habrían notado un cambio. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">¿De dónde la obscura luz?
¡Qué compañía en la obscuridad! Cerrar los ojos e intentar imaginarlo.
¿De dónde una vez la obscura luz? No se ve su origen. Como si su pequeño
vacío fuese ligeramente luminoso. Entonces, ¿qué puede haber visto por
encima de su rostro vuelto hacia arriba? Cerrar los ojos en la
obscuridad e intentar imaginarlo. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Otro detalle, el tono
monótono. Sin vida. El mimso tono monótono todas las veces. Para sus
afirmaciones. Para sus negaciones. Para sus exclamaciones. Para sus
exhortaciones. El mismo tono monótno. fuiste una vez.
Nunca fuiste. ¿Fuiste alguna vez? Oh, ¡no haber sido nunca! Sé de
nuevo. El mismo tono monótono. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">¿Puede moverse? ¿Se mueve?
¿Debería moverse? ¡Qué ayuda sería! Cuando la voz se extingue. Un
movimiento, por pequeño que fuera. Aunque sólo fuese el de cerrar una
mano. O, de estar cerrada, el de abrirla. ¡Qué ayuda sería en la
obscuridad! Cerrar los ojos y ver esa mano. Palma arriba para llenar
todo el campo. Las líneas. Los dedos que descienden despacio. O suben,
de estar bajados. Las líneas de esa vieja palma. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Por supuesto,
está el ojo. Llenando todo el campo. El velo que desciende despacio. O
que sube, de estar bajado. El globo. Todo pupila. Mirando fijo arriba.
Velado. Desnudo. Velado otra vez. Desnudo de nuevo.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">¿Y si
hablara, a fin de cuentas? Por bajo que fuera. ¡Qué contribución a la
compañía! Estás tumbado boca arriba en la obscuridad y un día volverás a
hablar. Sí, recuerdo. Era yo. Era yo
entonces. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Estás sólo en el jardín. Tu madre está en la cocina
preparándose para el té de la tarde, que va a tomar con la Sra. Coote.
Cortando finísimas rebanadas de pan con matequilla. De detrás de un
arbusto ves llegar a la Sra. Coote. Una mujeruca flaca y amargada. Tu
madre le responde así:"Está jugando en el jardín." Trepas casi hasta la
copa de un gran abeto. Te sientas un rato a escuchar todos los sonidos.
Después te dejas caer. Las grandes ramas amortiguan tu caída. Te quedas
unos instantes con la cara contra el suelo. Después vuelves a trepar al
árbol. Tu madre vuelve a responder a la Sra. Coote: "Ha sido un niño muy
travieso."</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">¿Cómo, con el sentimiento que le queda, se siente
ahora en comparación con antes? Cuando, con el juicio que le quedara,
consideró su estado definitivo. Como preguntar qué sintió entonces sobre
entonces en comparación con antes. Cuando aún se movía o aguardaba
entre retazos de
luz. Como entonces no había entonces, tampoco lo hay ahora. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">En
otra obscuridad o en la misma imaginándolo todo para hacerse compañía.
Eso, a primera vista, parece claro. Pero, ante el ojo que se demora en
contemplarlo, se vuelve obscuro. En realidad, cuanto más se demora el
ojo en contemplarlo, más obscuro se vuelve. Hasta que el ojo se cierra
y, liberada de esa tarea, la mente se pregunta:¿Qué significa? ¿Qué
significa, a fin de cuentas, esto que a primera vista parecía claro?
Hasta que se cierre también ella, por así decir. Como podría cerrar la
ventana de una habitación obscura y vacía. La única ventana que da a la
obscuridad de fuera. Después nada más. No. Por odesgracia, no. Retazos
ode luz tenue y ligeros destellos aún. Vacilaciones mentales
informulables. Inapagables. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">En un punto cualquiera del camino de
A a Z. O, digamos para que sea verosímil, en la carretera de Ballyogan.
Esa vieja y querida carretera
comarcal. En algún punto de la carretera de Ballyogan en lugar de en
punto particular alguno. Por donde ya no pasan vehículos. En algún punto
de la carretera de Ballyogan de A a Z. Con la cabeza gacha y calculando
la suma al borde de la cuneta. Colinas a la izquierda. Más adelante la
finca de Croker. A la derecha y un poco retrasada, la sombra de tu
padre. Tantas vueltas, ya, a la tierra. Abrigo, en tiempos de verde,
rígido del cuello al bajo por la edad y la mugre. sombrero, en tiempos
amarillo, abollado y borceguíes haciendo juego aún. Ninguna otra ropa,
de haberla, a la vista. En marcha desde el amanecer y ya anochece.
Acabado el cálculo, adelante juntos a partir de cero otra vez. Con
dirección a Stepaside. Cuando de pronto cortas por el seto y desapareces
cojeando hacia el este y campo traviesa.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Pues, ¿por qué no? ¿Por
qué en otra obscuridad o en la misma? ¿Quién pregunta: "¿Quién lo
pregunta?" y responde: "Quienquiera que
todo imagine"? En la misma obscuridad que su criatura o en otra. Para
hacerse compañía. ¿Quién pregunta al final: "¿Quién pregunta?", responde
al final como antes y añade mucho después para sus adentros: "A no ser
que sea otro"? Imposible de encontrar. Imposible de buscar. El último,
inconcebible. Innombrable. Ultima persona. Yo. Déjalo rápido. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">La
luz que había entonces. Boca arriba en la obscuridad de la luz que
había entonces. Claridad sin nubes ni sol. Desapareces al amanecer y
trepas hasta tu escondite en la ladera. Un refugio entre la aulaga.
Hacia el este, allende el mar, la tenue silueta de montañas altas. A
cien kilómetros de distancia, según tu geografía. Por tercera o cuarta
vez en tu vida. La primera vez se lo contaste y se burlaron. Sólo habias
visto nubes. Conque ahora lo atesoras en el corazón con el resto. De
vuelta a casa, al anochecer, a la cama sin cenar. Estás tumbado en la
obscuridad con esa
luz de nuevo. Desde el nido en la aulaga, para ver al otro lado del mar
fuerzas los ojos hasta que te duelen. Los cierras mientras cuentas
hasta cien. Después los abres y los fuerzas otra vez. Una y otra vez.
Hasta que al final está ahí. El azul más pálido sobre el pálido cielo.
Estás tumbado en la obscuridad con esa luz de nuevo. Te quedas dormido
con esa luz sin nubes ni sol. Duermes hasta la luz del día. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">Inventor de la voz y de su oyente y de sí mismo. Inventor
de sí mismo para hacerse compañía. Déjalo estar. Habla de sí mismo como
de otro. Dice, hablando de sí mismo: “Habla de sí mismo como de otro”.
Se imagina a sí mismo para hacerse compañía. Déjalo estar. La confusión
también es compañía hasta cierto punto. La esperanza diferida mejor es
que nada. Hasta cierto punto. Hasta que el corazón empieza a enfermar.
Un corazón enfermo mejor es que nada. Hasta que empieza a partirse.
Conque, hablando de sí mismo, concluye de momento: “De momento déjalo
estar”</span><i id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_130"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_128">. </span></i></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">En
la misma obscuridad que su criatura o en otra aún no imaginada. Como la
posición. Ya sea de pie o sentado o tumbado u otra posición en la
obscuridad. Entre otras cuestiones aún por imaginar. Ni idea aún sobre
ellas. El análisis es compañía. Cuál de las dos obscuridades es mejor
compañía. Cuál de todas las posturas imaginables puede ofrecer mejor
compañía. Y lo mismo en relación con las demás cuestiones aún por
imaginar. Como, por ejemplo, la de si serán irreversibles esas
decisisones. Supongamos, por ejemplo, que, tras oportuna imaginación, se
decida por la posición bien boca arriba bien boca abajo y que resulte
decepcionante a la hora de hacer compañía. ¿Puede o no puede
substituirla por otra? Como, por ejemplo, acurrucado con las piernas
plegaddas dentro del círculo de los brazos y con
la cabeza sobre las rodillas. O en movimiento. Andando a gatas. Otro en
otra oscuridad o en la misma andando a gatas e imaginándolo todo para
hacerse compañía. O cualquier otra forma de movimiento. Los encuentros
posibles. Una rata muerta. ¡Qué contribución a la compañía! Una rata
muerta mucho tiempo ha. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">¿No podría mejorarse al oyente? Volverlo
más compañía, ya que no del todo humano. Mentalmente tal vez quepa una
mayor animación. Un intento de reflexión, al menos. De recuerdo. De
conversación incluso. Volición de algún tipo, por débil que sea. Un
vestigio de emoción. Señales de congoja. Una sensación de fracaso. Sin
pérdida de carácter. Terreno delicado. Pero, ¿físicamente? ¿Debe
permanecer inerte hasta el final? Sólo el movimiento de los párpados al
abrirse y cerrarse, inevigtable en teoría. Para admitir y excluir la
luz. ¿No debería cruzar los pies? De vez en cuando. Primero el izquierdo
sobre el derecho y un
poco después al revés. No. De todo punto incompatible. ¿Tendido con los
pies cruzados? Una mirada y se disipa. ¿Algún movimiento de las manos?
Una mano. Un abrir y cerrar. Difícil de justificar. O alzada para
espantar a una mosca. Pero, si no hay moscas. Entonces, ¿por qué no
hacer que las haya? La tentación es fuerte. Que haya moscas. Para que
las espante. Una mosca viva confundiéndolo con un muerto. Enterada de su
error y renovándolo incontinente. ¡Qué aportación a la compañía! una
mosca viva confundiéndolo con un muerto. Pero, no. No espantaría a una
mosca. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">Te apiadas de un erizo fuera, en el frío, y lo colocas en
una vieja caja de sombrero con algunos gusanos. Después colocas dicha
caja, con el erizo dentro, en una conejera en desuso y dejas la puerta
abierta para que el pobre animal entre y salga cuando quiera. Para que
vaya a buscar alimento y, tras haber comido, vuelva al calor y la
seguridad de su caja en la conejera.
Ahí tienes, pues, el erizo en su caja, dentro de la conejera, con
suficientes gusanos para calentarla. Una última mirada para asegurarte
de que todo está como Dios manda, antes de dedicarte a buscar otra cosa
con que pasar el tiempo, que ya, a esa tierna edad, se te hace
interminable. La llama de tu buena acción tarda más que de costumbre en
atenuarse y extinguirse. En aquellos tiempos se encendía con facilidad,
pero raras veces por mucho tiempo. Apenas la había atizado una buena
acción tuya o un pequeño triunfo sobre tus rivales o una palabra de
elogio de tus padres o mentores, cuando ya empezaba a atenuarse y
extinguirse y te dejaba en poco tiempo tan frío y apagado como antes.
Hasta en aquellos tiempos. Pero ese día, no. Fue una tarde de otoño
cuando encontraste el erizo y te apiadaste de él del modo descrito y,
cuando llegó la hora de irte a la cama, seguías sintiendo la misma
satisfacción. Arrodillado junto a la cama,
incluiste el erizo en la detallada plegaria a Dios para que bendijera a
todos sus seres queridos. Y, mientras dabas vueltas en la cama
esperando a que llegara el sueño, seguías rebosante de satisfacción al
pensar en la suerte que había tenido el erizo cruzándose en tu camino.
Un estrecho sendero de tierra bordeado de boj marchito. Cuando estabas
ahí parado, preguntándote por la forma mejor de pasar el tiempo hasta la
hora de ir a la cama, hendió uno de los linderos, y ya se dirigía hacia
el otro, cuando entraste en su vida. Ahora bien, a la mañana siguiente
no sólo se había apagado la llama, sino que, además, a ésta había
substituido una gran inquietud. La sospecha de que tal vez no todo
estuviera como Dios manda. De que, en lugar de hacer lo que hiciste,
acaso hubiese sido mejor dejar las cosas como estaban y que el erizo
siguiera su camino. Días, si no semanas, pasaron antes de que pudieses
armarte de valor para regresar hasta la
conejera. Nunca has olvidado lo que entonces encontraste. Estás boca
arriba en la obscuridad y nunca has olvidado lo que entonces
encontraste. La papilla. El hedor. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">Inminente, por un tiempo, lo
que sigue. Necesidad de compañía intermitente. En ciertos momentos la
suya sin paliativos un alivio. Molestia la voz como tal. Lo mismo la
imagen del oyente. Lo mismo la suya. Pesar entonces por haberlas creado y
problema cómo disiparlas. Por último, ¿qué significado la suya sin
paliativos? ¿Qué posible alivio? Déjalo estar de momento. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">Llámese
el oyente H. Aspirada. Hache. Tú, Hache, estás boca arriba en la
obscuridad. Y que sepa su nombre. Ahora nada de que acierte a oír. De
que no se dirijan a él. Si bien, en pura lógica, nada de eso en
cualquier caso. ¡Nada de palabras murmuradas a su oído para preguntarse
si irían dirigidas a él! Así está. Desaparecida, pues, esa ligera
inquietud. Esa vaga esperanza. Para alguien
con tan pocas ocasiones de sentir. Tan incapaz de sentir. Que a nada
mejor asira, de poder aspirar, que a nada sentir. ¿Es deseable? No.
¿Tendría con ello mayor compañía? No. Entonces, que no se llame H. Que
sea de nuevo lo que era. El oyente. Innombrable. Tú. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">Imaginar
más cerca el lugar en que yace. Dentro de lo que cabe. La voz a lo lejos
da una pista sobre su forma y dimensiones. Apagándose con la distancia o
variando bruscamente y oyéndose tras una pausa.Desde arriba y desde
todos los lados y niveles, el mismo tono apagado al máximo. Nunca desde
abajo. Hasta ahora. Lo que sugiere a alguien tumbado en el suelo de una
habitación hemisférica de gran diámetro con la cabeza en el centro. ¿De
qué longitud el diámetro? En vista de lo apagado de la voz en su momento
menos apagado, unos veinte metros deben bastar o diez desde el oído a
cualquier punto de la superfcie envolvente. Eso en cuanto a la forma y
las dimensiones. ¿Y la
composición? ¿Qué pista al respecto, y dónde, de haberla en algún
sitio? Reserva de momento. Tentadora, la idea del basalto. Baslato
negro. Pero reserva de momento. Así imagina, cansado de la voz y del
oyente. Pero, con un poco más de imaginación, comprende haber imaginado
mal. Pues, ¿con qué derecho afirmar de un sonido apagado que es uno
menos apagado al que la distancia vuelve más apagado y no uno de verdad
apagado y muy cercano? ¿O de uno apagado apagándose que se aleja en
lugar de menguar donde está? De no haberlo, la voz no dirá nada sobre el
lugar donde yace nuestro viejo oyente. En una obscuridad
inmensurable.Sin contorno. Déjao así de momento. Añadiendo sólo: "¿Qué
clase de imaginación es ésa, tan dominada por la razón?" De una especie
aparte. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">Otro imaginándolo todo para hacerse compañia. En la misma obscuridad que su criatura o en otra. Rápido, imagina. La misma. </span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126">
</span></span></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">¿No podría
mejorarse la voz? ¿Volverse más compañía? Supongamos que vaya cambiando
en la obscuridad desde un pretérito, aunque no indefinido, en esa
conciencia nublada. Todo a un tiempo pasado y en trasncurso y por venir.
Pero supongamos que para el otro lleve un tiempo mejorando. El mismo
tono monótono imaginado al principio y la misma reiteración. Esos,
igual. Pero menor movilidad. Menor variedad de tonos tenues. Como
buscando la posición óptima. Desde la que emitir con el mayor efecto. La
amplitud ideal para una audición cómoda. Que ni hiera al oído con
demasiado volumen ni con el exceso opuesto lo obligue a esforzarse.
Cuánto más apto para hacer compañía semejante órgano que el con
precipitación imaginado al principio. Cuánto más apropiado para alcanzar
su objeto. Hacer que el oyente tenga un pasado y lo reconozca. Nacieste
un Viernes Santo tras largo parto. Sí,
recuerdo. El sol acababa de ponerse tras los alerces. Sí, recuedo. Como
la gota, para mejor corroer, debe caer constante. En el punto, debajo. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">La
última vez que saliste, el suelo estaba cubierto de nieve. Tú, ahora
boca arriba en la obscuridad, estás esa mañana en el umbral, tras haber
cerrado tras ti la puerta con suavidad. Apoyado en la puerta con la
cabeza gacha, te aprestas a salir. Al abrir los ojos, los pies han
desaparecido y los bajos del abrigo descansan sobre la superficie
nevada. La obscura escena parece iluminada desde abajo. Te ves en esa
última salida apoyado contra la puerta y con los ojos cerrados,
esperando a darte la salida. Estar fuera. Después la escena a la luz de
la nieve. Estás tumbado en la obscuridad con los ojos cerrados y te ves
ahí, tal como apareces descrito, aprestándote a lanzarte a través de esa
extensión de luz. Vuelves a oír el "clic" de la puerta cerrada con
suavidad y el silencio antes de poder
iniciar los pasos. A continuación, ya estás en marcha por los blancos
pastos, animados con corderos en primavera y salpicados de placentas
rojas. Sigues el camino de siempre, la línea recta hacia el tajo en el
majuelo que forma el límite occidental. Hasta allá, desde que entras en
los pastos, das por lo general de mil ochocientos a dos mil pasos, según
tu humor y el estado del terreno. Pero esa última mañana vas a dar
muchos más. Muchos, muchos más. Tienes los pies tan acostumbrados a la
línea recta, que, de ser necesario, podrías seguirla con los ojos
cerrados sin equivocarte, a la llegada, más de unos pasos al norte o al
sur. Y, en verdad, sin que sea necesario, a no ser interiormente, eso es
lo que por lo general haces y no sólo aquí. Pues avanzas, si no con los
ojos cerrados, aunque también así la mitad de las veces, al menos con
la vista fija en el terreno momentáneo ante tus pies. Eso es lo único
que has visto de la naturaleza.
Hasta que bajaste la cabeza por fin. El efímero terreno ante tus pies.
De vez en cuando. Ya no cuentas los pasos. Por la sencilla razón de que
todos los días son los mismos. Los mismos por término medio de un día
para otro. Pues el camino es siempre el mismo. Llevas la cuenta de los
días y al décimo multiplicas. Y sumas. Ya no te acompaña la sombra de tu
padre. Hace tiempo que quedó atrás. Ya no oyes tus pisadas. Sigues tu
camino sin oír ni ver. Un día tras otro. Para ti ya no hay otro. El
mismo camino. Como si ya no hubiera otro. Para ti ya no hay otro. Antes
no te detenías sino para contar. A fin de continuar a partir de cero.
Desaparecida esa necesidad, como hemos visto, tampoco tienes ya, en
teoría, necesidad de detenerte. Salvo un momento tal vez en el extremo.
Para aprestarte al regreso. Y, sin embargo lo haces. Como nunca antes.
No por cansancio. No estás más cansado ahora que antes. Y, sin embargo,
te detienes como nunca
antes. De modo que para los mismos cien metros que antes re corrías en
tres o cuatro minutos ahora tardas de quince a veinte. El pie cae por
sí solo en pleno paso o, cuando le toca alzarse, se pega al suelo y
detiene el cuerpo. Entonces perplejidad inexpresable, cuya esencia
es:"¿Podrán seguir?" O, mejor: "¿Seguirán?" La esencia estricta. Mudo,
cuando, por fin, como siempre hasta ahora, reanudan el paso. Estás
tumbado en la obscuridad con los ojos cerrados y ves la escena. Cosa que
no podías hacer entonces. La obscena bóveda del cielo. La tierra
deslumbrante. Parado en el medio. Con los borceguíes hundidos hasta las
cañas. Con los bajos del abrigo descansando en la nieve. En el viejo
bombín la vieja cabeza gacha, muda de miedo. A medio camino por los
pastos en línea recta hacia el tajo. Los infalibles pies rápidos. Mirar
detrás de ti, cosa que no podías hacer entonces, y ves sus huellas. Una
gran parábola. En
dirección contraria a las agujas del reloj. Como si, de repente, el
corazón pesara demasido. Demasiado al final. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">La flor de la edad
adulta. Imagina un espécimen. Boca arriba en la obscuridad recuerdas.
Ah, recuerdas. Día de mayo despejado. Ella se te une en el cenador. Un
hexaedro rústico. Todo él de madera. De alerce y abeto. Dos metros de
diámetro. Tres de la base a la cima. Tres metros cuadrados más o menos
de superficie. Dos pequeños cristales policromados frente por frente.
Lunitas de colores en forma de rombos. Debajo de cada uno de ellos un
saliente. Allí gustaba de retirarse tu padre los domingos estivales,
después del almuerzo, con <span style="font-style: italic;">Punch</span> y un cojín.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Se
sentaba en uno de los salientes con la cintura del pantalón
desabrochada y se ponía a pasar páginas. Y tu en el otro con laspiernas
colgando. Cuando se reía entre dientes, tú intentabas imitarlo. Cuando
su risita se extinguía,
la tuya también. Le gustaba y divertía mucho que intentaras imitarla y a
veces se reía con el único fin de oírte intentando imitarla. A veces
apartas la cara y miras por una luna rosa. Pegas la naricita ala luna y
fuera todo está rosado. Los años han pasado volando y ahí, en el mismo
lugar de entonces, estás sentado en la flor de la edad adulta, bañado en
la luz irisada y mirando al horizonte. Ella tarda. Cierras los ojos e
intentas calcular el volumen. Las sumas sencillas te resultan un
consuelo en momentos difíciles. Un refugio. Al final te da siete metros
cúbicos más o menos. Aun inmóvil en la oscuridad intemporal, las cifras
te resultan un consuelo en momentos difíciles. Te figuras determinado
ritmo cardíaco y calculas los latidos al día. A la semana. Al mes. Al
año. Y suponiendo determinada duración para una vida. Hasta el último
latido. Pero de momento, con algo más de setenta mil millones detrás,
estás sentado en el cenador
calculando el volumen. Unos siete metros cúbicos. Por alguna razón
misteriosa, te parece improbable y te pones a hacer el cálculo de nuevo.
Pero has avanzado demasiado, cuando se oye su ligero paso. Ligero para
una mujer de su corpulencia.Abres los ojos, con el corazón latiéndote
como loco, y un momento, que parece una eternidad, después aparece su
rostro en la ventana. Casi del todo azul, en esa posición, la placidez
natural que tanto admiras, como, sin duda, del todo azul la tuya desde
allá. Pues la palidez natural es una propiedad que tenéis en común. Los
labios violeta no te devuelven la sonrisa. Ahora bien, como esa ventana
queda a la altura de tus ojos desde donde estás sentado y el suelo está
mas o menos a ras del terreno exterior, no puedes por menos de
preguntarte si no se habrá hincado de hinojos. Sabiendo como sabes por
experiencia que la estatura o longitud que tenéis en común es la suma de
segmentos iguales. Pues, cuando,
estando derechos de pie o tumbados cuan largos sois, juntáis cara con
cara, las rodillas quedan a la misma altura y los pubis y los pelos de
las cabeazas se confunden. ¿Se desprende de ello que la pérdida de
altura para el cuerpo sentado es la misma que para el arrodillado? En
ese momento, suponiendo ajustable la altura del asiento como en el caso
de cieras banquetas de piano, cierras los ojos para mejor medir y
comparar mentalmente los primeros y segundos segmentos, a saber: de la
planta del pie a la rótula y de ahí a la cintura pelviana. ¡Qué
aficionado eras, tanto en movimiento como en reposo, a cerrar los ojos
en horas de vigilia! De día y de noche. A esa obscuridad perfecta. Esa
luz sin sombra. Para ausentarte simplemente. O por un asunto, como
ahora. Aparece una sola pierna. Vista desde arriba. Separas los
segmentos y los colocas uno junto al otro. Más o menos como habías
supuesto. El superior es el más largo y la pérdida del cuerpo
sentado mayor, cuando lo está a la altura de las rodillas. Dejas los
trozos ahí tirados y abres los ojos para encontrarla ahí sentada,
delante de ti. Silencio sepulcral. Los labios rojos no te devuelven la
sonrisa. tu mirada desciende hasta los pechos. No los recuerdas tan
grandes. Hasta el abdomen. La misma impresión. Se funde en el de tu
padre, que sobresale de la cintura desabrochada. ¿Será que está encinta
sin que hayas pedido su mano siquiera? Vuelves a ensimismarte. También
ella, sin que lo imaginaras siquiera, ha cerrado los ojos. Conque estáis
sentados en el cenador. Con los ojos cerrados y las manos en el pubis.
Con esa luz irisada. Ese silencio sepulcral. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Agotado por ese
despliegue de imaginación, ceja y todo cesa. Hasta que, al sentir de
nuevo la necesidad de compañía, decide llamar al oyente M al menos. Para
facilitar la referencia. Y a sí mismo con otra letra. W. Imaginándolo
todo, incluído él mimso, para hacerse
compañía. En la misma obscuridad que M, la última vez que se supo de
él. En qué posición, y si fijo o móvil, está por saber. Además, se dice
a sí mismo, refiriéndose a sí mismo: "La última vez que se refirió a sí
mismo fue para decir que estaba en la misma obscuridad que su
criatura." No en otra, como al principio pareció posible. La misma. Pues
es más compañía. Y que faltaba por imaginar su posición en ella. Y por
decidir si fijo o móvil. ¿Con cuál de todas las posiciones imaginables
había menos probabilidad de cansarse? ¿Cuál más divertida a la larga: en
movimiento o en reposo? Y demasiado pronto para saberlo en un instante.
¿Y por qué no decir, después de todo, sin esperar más, aquello de lo
que después puede uno desdecirse? Y si no puede, ¿qué? ¿Podría ahora,
si lo deseara, irse de la obscuridad que escogió la última vez que se
supo de él y trasladarse, alejándose de su criatura, a otra? Si ahora
decidiera permanecer tumbado y después se arrepintiese, ¿podría,
entonces, ponerse en pie, por ejemplo, y apoyarse contra una pared o
pasearse de acá para allá? ¿Podría imaginarse a M en otra posición: en
una poltrona? ¿Con las manos libres para ir en su ayuda? Ahí, en la
misma obscuridad que su criatura, se entrega a esas perplejidades, al
tiempo que se pregunta, como suele hacer dee vez en cuando, para sus
adentros, si los males del mundo siguen siendo lo que eran. En sus
tiempos. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">M hasta ahora como sigue. Boca arriba en un lugar
obscuro de forma y dimensiones aún por imaginar. Oyendo una voz
intermitente, que no sabe si va dirigida a él o a otro que comparte su
situación. Pues no hay nada que demuestre, cuando aquélla describe
correctamente su situación, que la descripción no vaya destinada a otro
en la misma situación. Vaga inquietud ante la vaga idea de estar tal vez
acertando a oír una confidencia, cuando oye, por
ejemplo: "Estás boca arriba en la obscuridad." Dudas que se disipan
poco a poco, a medida que la voz, en lugar de diseminarse por todos
lados, lo envuelve. Cuando cesa, no oye sino su aliento. Cuando cesa
largo rato, vaga esperanza de que no se vuelva a oír. Actividad mental
mediocre. Escasos destellos de razonamiento en vano. Esperanza y
desesperación y sentimientos semejantes, apenas experimentados. Origen
confuso de la situación actual. No es que pueda compararse el entonces
con el ahora. Sólo se mueven los párpados. Cuando, cansado el ojo de la
obscuridad exterior e interior, se cierran y se abren, respectivamente.
Alguna esperanza de llegar a poder hacer, con moderación, otros pequeños
movimientos localizados. Pero no ha habido mejora con los conseguidos
hasta ahora. Ni, en un plano más elevado, con contribuciones a la
compañía tales como arrebatos de tristeza sostenida o deseo o
remoridimiento o curiosidad o ira y demás. Ni con un acto
intelectual logrado, como pensar para sus adentros refiriéndose a sí
mismo:"Ya que no puede pensar, dejará de intentarlo." ¿Algo que añadir a
este bosquejo? Su innombrabilidad. Hasta M debe desaprecer. Así W
recuerda a sí mismo su criatura, tal como ha sido creada hasta ahora.
¿W? Pero si también W es una criatura. Ficción.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Otro más,
entonces. Del cual nada. Imaginando ficciones para mitigar su nada.
Déjalo rápido. Pausa y después presa del pánico para sus adentros:
"Déjalo rápido."</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Imaginado inventor imaginándolo todo para
hacerse compañía. En la misma obscuridad ficticia que sus ficciones. En
qué postura y si en la misma o no que el oyente, aún no imaginado
definitivamente. ¿No es bastante uno inmóvil? ¿Por qué duplicar ese
factor concreto de consuelo? Entonces, que se mueva. Sin exageración. A
gatas. Un gatear moderado, con el torso bien separado del suelo y los
ojos mirando al frente vigilantes. Si eso no
es mejor que nada, anularlo. De ser posible. Y en el vacío recuperado,
otro movimiento. O ninguno. Con lo que sólo quedará por imaginar la
posición más útil. Pero, por seguir adelante, que gatee. Gatee y caiga.
Vuelva a gatear y vuelva a caer.En la misma obscuridad ficticia que sus
ficciones. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Tras errar largo rato como extraviada, la voz
encuentra su lugar y su tenue tono constante. Su lugar, ¿dónde? Imaginar
con cautela. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Por encima del rostro vuelto hacia arriba.
Perpendicular a la coronilla. De tal modo, que, a la mortecina luz que
emite, si hubiera una boca por ver, no la vería. Aun cuando girara los
jos en las órbiras. ¿Altura del suelo? La longitud del brazo. ¿Fuerza?
Débil. La de una madre inclinada sobre la cuna por detrás de la
cabecera. Se hace a un lado para dejar mirar al padre. Este, a su vez,
murmura al recién nacido. El mimso tono monótono. Ni rastro de amor. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Estás
boca arriba al pie de un tiemblo.
A su trémula sombra. Ella en ángulo recto, apoyada en los codos y con
la cabeza entre las manos. Tus ojos, abiertos y cerrados, han mirado a
los suyos mirando a los tuyos. En tu obscuridd los miras otra vez. Te
notas en el rostro el roce de su larga cabellera negra moviéndose en el
aire inmóvil. Dentro de la tienda de pelo vuestros rostros están
invisibles. Ella murmura: "Escucha las hojas." Mirándoos a los ojos,
escucháis las hojas. En su trémula sombra. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Entonces, gateando y
cayendo. Volviendo a gatear y volviendo a caer. Si, al final, no es
mejora de nada, en último extremo puede caer de una vez por todas. O no
haberse puesto nunca de rodillas. Imaginar cómo puede dicho gatear, a
diferencia de la voz, servir para cartografiar la zona. Aunque sea
aproximadamente. En primer lugar, ¿cuál es la unidad del gatear?
Correspondiente a la pisada de la locomoción, erguido. Se pone a gatas y
se apresta a arrancar. Manos y rodillas en
los ángulos de un rectángulo de dos pies de largo y de la anchura que
se quiera. Por fin, la rodilla izquierda, pongamos por caso, avanza seis
pulgadas, con lo que reduce la cuarta parte de distancia entre ella y
la mano homóloga. Que, a su vez, avanza, a su debido tiempo, lo mismo.
El rectángulo, ahora romboide. Pero sólo por el tiempo que neceistan
rodilla y amno derechas para hacer lo propio. Restablecido el
rectángulo. Así sucesivamente. De todas las formas de gatear ésta, la
ambladura reptante, la menos común posiblemente. Y, por eso, de todas la
más divertida tal vez. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Así, mientras gatea, el cálculo mental.
Grano tras grano en la cabeza. Uno dos tres cuatro uno. Rodilla mano
rodilla mano dos. Un pie. Hasta después de cinco, pongamos por caso,
cae. Luego, antes o después, a partir de cero de nuevo. Un dos tres
cuatro uno. Rodilla mano rodilla mano dos. Seis. Así sucesivamente. En
línea, de ser posible, recta. Hasta
que, al no haber encontrado obstáculo alguno, se dirige hacia atrás por
el camino por el que ha venido. A partir de cero. O en otra dirección
diferente. En la que espera sea línea recta. Hasta que, al no encontrar
tampoco fin para sus esfuerzos, renuncia y emprende otro rumbo más. A
partir de cero. Perfectamente consciente, o apenas dubitativo, de que la
obscuridad puede desviar. En sentido opuesto a las agujas del reloj a
causa del corazón. O, al contrario, convertir en rectilínea la elipse
deliberada. Sea como fuere y por mucho que gatee, ningún límite aún.
Imaginable aún. Mano rodilla mano rodilla cuanto quiera. Obscuridad sin
límite. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">¿Sería razonable imaginar al oyente en estado de total
inercia mental? Excepto cuando oye. Es decir, cuando suena la voz. Pues,
¿qué, si no ésta y su aliento, le cabe oír? ¡Ajá! El gatear. ¿Oye el
gatear? ¿La caída? Qué aportación a la compañía, si llegara a oír,
aunque sólo fuera,
el gatear. La caída. El alzarse a cuatro patas de nuevo. El gatear
reanudado. Y se preguntara para sus adentros por el significado de
semejantes sonidos. Reservarlo para un momento más monótono. ¿Qué si no
el sonido, podría poner en movimiento su mente? ¿La vista? Tremenda
tentación de decretar que no hay nada que ver. Pero demasiado tarde por
el momento. Pues ve un cambio en la obscuridad, cuando abre o cierra los
ojos. Y puede que vea la mortecina luz que emite la voz imaginada. A la
ligera imaginada. Luz infinitamente mortecina, desde luego, ya que
ahora apenas si es un murmullo. Ahí ve de repente cómo se le cierran los
ojos en cuanto suena la voz. De tenerlo abiertos en ese momento. Conque
la luz, la más mortecina luz que es, sólo se percibe el tiempo de caer
el párpado. ¿Gusto? ¿El gusto en la boca? Hace tiempo que no lo nota.
¿Tacto? La presión del suelo contra sus huesos. Desde el calcáneo hasta
la protuberancia de
filogenitividad. ¿No podría una inclinación a moverse rizar su apatía?
¿A ponerse de costado? ¿O boca abajo? Para variar. Hágase ese mínimo
deseo. Con el consiguiente alivio de que haya pasado la época en que
podría retorcerse en vano. ¿Olor? ¿El suyo? Hace mucho que no lo nota. Y
es barrera para otros, de haberlos. Como el que podría haber
desprendido alguna vez una rata muerta mucho tiempo ha. O cualquier otra
carroña. Por imaginar. A no ser que el gateador huela. ¡Ajá! El creador
a gatas. ¿Sería razonable imaginar que el ceador a gatas oliera? Aún
más fétido que su criatura. Provocando de vez en cuando el asombro de
esa mente tan ajena al asombro, que se pregunta qué es lo que puede
producir ese olor extraño. De dónde procederán esas ráfagas
nauseabundas. Qué aportación a la compañía, si su creador pudiera oler.
Si al menos él pudiese oler a su creador. ¿Un sexto sentido?
¿Inexplicable premonición de desgracia
inminente? ¿Sí o no? No. ¿Razón pura? Más allá de la experiencia. Dios
es amor. ¿Sí o no? No. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">¿Puede el creador a gatas, que gatea en
la misma obscuridad creada que su criatura, crear mientras gatea?
Pregunta que se hacía, entre otras, mientras, entre dos paseos a gatas,
se quedaba tumbado. Y si la respuesta evidente no era difícil de
encontrar, la más útil era harina de toro costal. Y necesitó muchos
paseos a gatas y el mimso número de prosternaciones antes de poder, por
fin, hacer acopio de imaginación a ese respecto. Al tiempo, como
siempre, que añadía sin convicción que ninguna respuesta suya era
sagrada. Pasara lo que pasase, la respuesta que aventuró fue que no, no
podía. Gatear en la obscuridad del modo descrito era asunto demasiado
serio y absorbente como para permitir cualquier otra actividad, aunque
sólo fuera la de hacer aparecer algo dela nada. Pues no sólo, y tal vez
demasiado a la ligera, se le había
ocurrido recorrer el terreno de ese modo espeicial, sino también
avanzar en línea recta lo más posible. Y, además, contar, a medida que
lohacía, sumando medio pie tras medio pie y retener en lamemoria la
suma, en cambio incesante, de los ya contados. Y, por último, mantener
ojos y oídos bien alerta, al acecho de cualquier pista, por pequeña que
fuera, respecto a la naturaleza del lugar en que la imaginación, tal vez
irreflexivamente, lo había colocado. Conque, al tiempo que deploraba
una ocurrencia tan dominada por la razón y observaba la revocabilidad de
sus vuelos, no pudo por menos de responder, al final, que no, no podía.
No podía, en modo alguno concebible, crear gateando en la misma
obscuridad creada que su criatura. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Una playa. El atardecer. La
luz se extingue. Pronto no quedará ni sombra. No. No habrá entonces
ausencia de luz. Iba extinguiéndose y nunca acababa de desaparecer.
Estás de espaldas al mar. No se oye
otro ruido que el de ésta. Cada vez más apagado, a medida que se aleja.
Hasta que vuelve despacio. Te apoyas en un largo bastón. Tus manos
descansan en el pomo y la cabeza en aquéllas. Si se abrieran tus ojos,
lo primero que verían muy abajo y en los últimos rayos serían los bajos
de tu abrigo y las palas de tus botas hundidos en la arena. Después y
sola, hasta desparecer, la sombra del bastón en la arena. Desaparecer de
tu vista. Noche sin luna ni estrellas. Si se abrieran tus ojos, la
obscuridad se aclararía. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Gatea y cae. Se queda tumbado.
Tumbado en la obscuridad con los ojos cerrados descansando del paseo a
gatas. Reponiéndose. Físicamente y de su decepción por haber vuelto a
gatear en vano. Tal vez diciéndose a sí mismo: "¿Por qué gatear? ¿Por
qué no yacer en la oscuridad con los ojos cerrados y renunciar?"
Renunciar a todo. Olvidarse de todo. Del paseo a gatas sin botas y de
las ficciones vanas. Pero, si a veces lo
invade el desaliento, nunca por mucho tiempo. Pues poco a poco,
mientras permanece tumbado, renace el anhelo de compañía. En la que
escapar de la suya. La necesidad de volver a oír esa voz. Aunque sólo
sea para decir:"Estás boca arriba en la obscuridad." O para decir:
"Viste la luz por primera vez y lloraste el anochecer del día en que la
obscuridad Cristo a la novena hora gimió y murió." La necesidad, con
los ojos cerrados para mejor oír, de ver esa luz derramada. O, con el
añadido de una debilidad humana, de mejorar al oyente. Por ejemplo, un
picor fuera del alcance de la mano o, mejor aún, al alcance de su mano
inerte. Un picor imposible de rascar. ¡Qué aportación a la compañía será
eso! O, en última instancia, de preguntarse a sí mismo qué quiere decir
exactamente cuando dice, sin precisión, de sí mismo que yace. Cuál, en
otras palabras, de todas las innumerables formas de yacer, tiene más
probabilidad de resultar la
más agradable a la larga. Si, tras gatear del modo descrito, cae,
normalmente lo hará de cabeza. De hecho, dado su grado de fatiga y
desánimo en ese momento, resulta difícil de imaginar que pudiera ser de
otro modo. Pero, una vez caído y tumbado boca abajo, no hay razón para
que no se vuelva a fin de colocarse sobre uno u otro costado boca arriba
y, de ofrecer cualquiera de esas tres posiciones mejor compañía que
cualquiera de las otras tres, yacer así. La de tumbado boca arriba, pese
a ser la más tentadora, ha de rechazarla al final, por habera
presentado ya el oyente. Respecto a las de costado, una mirada basta
para desecharlas, las dos. Con lo que no le queda otra posción que la de
tumbado boca abajo. Pero, ¿cómo boca abajo? ¿Boca abajo cómo?
¿Dispuestas cómo las piernas? ¿Los brazos? ¿La cabeza? Boca abajo en la
obscuridad, se esfuerza por ver cuál es la forma mejor de estar tumbado
boca abajo.Cuál es más compañía.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Ver
más claro al oyente. ¿Cuál, de todas las formas de yacer boca arriba,
tiene menos probabilidad de cansar a la larga? Tras muchos esfuerzos,
con los ojos cerrados y boca abajo en la obscuridad, empieza a
vislumbrarla. Pero primero, ¿desnudo o cubierto? Aunque sólo sea con una
manta. Desnudo. Espectral, a la luz de la voz, esa carne, blanca como
hueso, de compañía. Con la cabeza descansando sobre todo en la
protuberancia occipital antes citada. Las piernas juntas en posición de
firmes. Los pies separacos noventa grados. Las manos, sujetas con
esposas invisibles, cruzadas sobre el pubis. Otros detalles según se
sienta la necesidad. Déjalo así de momento. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Petrificado con los
infortunios de tu especie, alzas, no obstante, la cabeza de entre las
manos y abres los ojos. Sin moverte del sitio, enciendes la luz situada
por encima de ti. Tus ojos se fijan en el reloj situado debajo. Pero,
en lugar de consultar la hora de la noche, siguen los giros de la
manecilla del segundero, que tan pronto precede y tan pronto sigue a su
sombra. Horas después, te has hecho la siguiente composició de lugar. A
los 60 y a los 30 segundos, la manecilla oculta la sombra. De los 60 a
los 30, la sombra precede a la manecilla a una distancia que aumenta de
cero a 60 hasta un máximo de 15 y a partir de ahí decrece hasta un
nuevo cero a los 30. De los 30 a los 60 la sombra sigue a la manecilla a
una distancia que aumenta de cero a 30 hasta un máximo a los 45 y a
partir de ahí decrece hasta un nuevo cero a los 60. Si, alumbrando la
esfera con luz inclinada, desplazas una u otra a uno u otro lado, la
manecilla oculta la sombra en dos puntos muy distintos, como, por
ejemplo, 50 y 20. En dos puntos cualesquiera, en realidad, según el
grado de inclinación. Pero, por grande o pequeña que sea la inclinación y
por mayor o menor que sea el alejamiento entre los iniciales 60 y 30 y
los nuevos puntos de sombra cero, el espacio entre ellos sigue siendo de
30 segundos. La sombra surge de debajo de la manecilla en cualquier
punto de su recorrido para seguirla o precederla por espacio de 30
segundos. Después desaparece por una fracción de segundo antes de
reaparecer para precederla o seguirla por espacio de otros 30 segundos. Y
así sucesivamente. Esa parece ser la única constante. Pues la propia
distancia entre la manecilla y la sombra varía con el grado de
inclinación. Pero, por grande o pequeña que sea dicha distancia,
invariablemente aumenta y decrece del cero al máximo 15 segundos después
y a cero de nuevo también 15 segundos después, respectivamente. Y así a
continuación. Esa sería, al parecer, una segunda constante. Podrías
haber observado otros detalles respecto a esa manecilla del segundero y
su sombra y su, al parecer, infinita rotación paralela en torno a la
esfera y haber revelado otras variables y constantes y haber corregido
errores, de haberlos, en lo que te había parecido hasta entonces. Pero,
incapaz de continuar, dejas caer de nuevo la cabeza donde estaba y con
los ojos cerrados vuelves a los infortunios de tu especie. El amanecer
te encuentra aún en esa posición. El sol bajo te inunda por la ventana
que da al este y arroja por el suelo tu sombra y la de la lámpara, aún encendida, situada por encima de ti. Y la de los demás objetos también. </span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">¡Qué
visiones en la obscuridad de la luz! ¿Quién exclama así? ¿Quién
pregunta quién es quien exclama: "¡Qué visiones en la obscuridad sin
sombra de la luz y la sombra!"? ¿Otro más aún? Imaginándolo todo para
hacerse compañía. ¡Qué aportación a la compañía sería! Otro más aún
imaginándolo todo para hacerse compañía. Déjalo rápido.</span></span></span></span></span><br />
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #660000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135">Para
acabar a toda costa y como fuera, cuando ya no podías salir, te sentabas
acurrucado en la obscuridad. Tras haber hecho desde los primeros pasos
unas veinticinco mil leguas o tres veces, más o menos, el recorrido. Sin
sobrepasar ni una vez un radio de una de tu hogar. ¡Tu hogar! Así se
encontraba sentado, esperando a quedar purificado, el fabricante de
laúdes que arrancó a Dante su primer cuarto de sonrisa y ahora tal vez
cantando alabanzas esté por fin con alguna sección de los
bienaventurados. Al cual, en todo caso, decimos adiós aquí. El lugar
carece de ventana. Cuando, como haces a veces para evacuar el fluído,
abres los ojos, la obscuridad disminuye. Así,pues, tú, ahora boca arriba
en la obscuridad, antes te sentaste acurrucado ahí, tras haberte tu
cuerpo demostrado que no podía salir más. A caminar por los
serpenteantes senderos vecinales y pastos interyacentes, tan pronto
llenos de rebaños y tan pronto desiertos. Durante muchos años con la
sombra, a tu lado, de tu padre en sus viejos harapos de vagabundo y
después durante años solo. Añadiendo paso a paso a la suma, siempre en
aumento, de los ya dados. Deteniéndote de vez en cuando con la cabeza
gacha para grabar en la memoria el total. Después en marcha de nuevo a
partir de cero. Asi acurrucado, te descubres imaginando que no estás
solo, aun sabiendo de sobra que nada ha ocurrido que lo haga posible. No
obstante, el proceso continúa envuelto, por así decir, en su absurdo.
No murmuras palabra por palabra: "Sabía que estaba condenado al fracaso
y, aun así, persisto." No, porque la primera persona del singular y, a
fortiori, la del plural nunca han figurado en tu vocabulario. Pero, sin
decir palabra, te ves a ti mismo en ese sentido, como verías a un
extraño que padeciera la enfermedad de Hodgkin, pongamos por caso, o, si
prefieres, la de Percival Pott, sorprendido en plena oración. De vez en
cuando, con gracia inesperada, te tumbas. Simultáneamente las
diferentes partes se ponen en marcha. Los brazos sueltan las rodillas.
La cabeza se alza. Las piernas se estiran. El tronco se echa hacia
atras. Y, junto con otros innumerables, continúan a su modo respctivo
hasta que no pueden seguir y se inmovilizan a un tiempo. Boca arriba
ahora, reanudas tu cuento en el momento en que lo interrumpió el acto de
tumbarte. Y prosigues hasta que la operación opuesta lo vuelve a
interrumpir. Conque en la obscuridad, ora acurrucado ora tumbado boca
arriba, te esfuerzas en vano. Y así como el paso de la primera posición a
la segunda te resulta cada vez más fácil con el tiempo y te sientes más
dispuesto a darlo, así sucede lo contario con el paso de la segunda
posición a la primera. Hasta que la posición boca arriba, de alivio
ocasional que era, pasa a ser habitual y, al final, se convierte en la
regla. Tú, ahora boca arriba en la obscuridad, no volverás a erguirte
para rodear las rodillas con los brazos y bajar la cabeza hasta más no
poder. Sino que, con la cabeza vuelta hacia arriba para siempre, te
esforzarás en vano con tu cuento. Hasta que al final oigas las palabras
tocar a su fin. Cada fútil palabra un poco más cerca de la última. Y con
ellas el cuento. El cuento de otro contigo en la obscuridad. El cuento
de alguien contando un cuento contigo en la obscuridad. Y cuánto mejor, a
fin de cuentas, las penas perdidas y el silencio. Y tú, como siempre
has estado. </span></span></span></span></span></div>
</div>
<span style="background-color: #f6b26b;"><span style="color: #990000;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135"><span style="color: #660000;"><br /> Solo.</span> </span></span></span></span></span></div>
<div class="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_56 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377917994047_57 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1377924970270_58 yiv9771214848yui_3_7_2_35_1378243328654_59 yui_3_7_2_35_1378317000124_60" id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_63" style="color: black; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 10pt;">
<span style="background-color: #f6b26b;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_47_1377881947048_168" style="font-size: small;"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_126"><span id="yiv9771214848yui_3_7_2_49_1376779489169_135"><br /><br />::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::<br /><i><b>Compañía,(Company, </b></i><b>1979</b><i><b>)</b></i> de <b>Samuel BECKETT</b><br />trad. Carlos Manzano, edit. Anagrama, 1982</span></span></span></span></div>
</div>
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karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-54585148489228492432013-08-31T04:37:00.001-07:002013-08-31T04:37:57.797-07:00Thomas Quasthoff y Bobby McFerrin en festival Jazz de Viena 2008<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/RESX8YroSCQ?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-38402864282833470852013-08-24T17:02:00.002-07:002013-08-24T17:02:51.363-07:00morir de espina-C.Blázquez<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Nómadas mis manos esquivas<br />Ansías domadas mis manos<br /><br />Oh, la grande desnudez: la mano<br /><br />Mira esos jardines que hacia nosotros vienen<br />A ti a mí y pedregales somos.<br /><br />Válgame, válganos esta ordalía<br />morado ritmo que purpura el crepúsculo<br /><br />Ámanos vegetal<br />sobrevuela y expolia<br />abrupto los esfínteres<br />espiga las burbujas<br />verde limo espigando<br /><br />Adóptanos de sexo a tu batalla<br />Pura aflicción<br />victoria de la rosa<br />que ha de morir de espina<br />entre las manos</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><strong><em>:::::::::::::::::::::::::::::::::::::</em></strong></span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> C.Blázquez<strong><em> , </em></strong>de<strong><em> Proceso</em></strong></span></span><br />
<div style="background-color: white; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;">
</div>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-29651560766573673322013-08-17T14:51:00.003-07:002013-08-17T14:58:06.383-07:00de Cuadernos en octavo-Franz KAFKA<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: 100%;">Nuestras
tropas lograron finalmente irrumpir en la ciudad por la puerta
meridional. Mi sección estaba estacionada en un jardín de la periferia, a
la sombra de cerezos calcinados, y esperaba órdenes. Pero cuando oímos
la estridencia de los clarines en la puerta meridional, nada pudo
detenernos. Empuñamos las primeras armas que nos cayeron sobre los
hombros del compañero más próximo, aullando nuestro grito de guerra:
"Kahira Kahira", galopamos en largas filas por los charcos de la ciudad.
En la puerta meridional, no encontramos ya más que cadáveres y un gran
humo amarillo que pesaba sobre el suelo y lo cubría todo. Pero no
queríamos ser sólo la retaguardia y por eso nos metimos enseguida por
algunos estrechos callejones laterales que hasta entonces se habían
visto libres de lucha. La puerta de la primera casa voló en astillas al
primer golpe de mi pica, e irrumpimos en el pasillo con tal furia que al
principio chocamos entre nosotros. Un viejo nos vino al encuentro por
un largo corredor vacío. Viejo extraño: tenía alas. Grandes alas
desplegadas, cuyos bordes externos superaban su propia estatura.</span> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: 100%;">
—Tiene alas —grité a mis camaradas, y los que estábamos al frente
retrocedimos un poco, todo lo que nos lo permitieron los que teníamos a
la espalda.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: 100%;">
—Ustedes se maravillan —dijo el viejo—, pero todos nosotros tenemos
alas, pero no nos han servido de nada y, si pudiésemos nos las
arrancaríamos. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: 100%;"> —¿Por qué no huyen volando? —pregunté. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: 100%;"> —¿Huir volando de nuestra ciudad? ¿Abandonar la patria? ¿Nuestros muertos, nuestros dioses?</span></span></div>
<div align="justify" style="font-family: georgia; font-style: italic;">
<span style="font-size: 100%;"> ::::::::::::::::::::::::::::</span></div>
<div align="justify" style="font-family: georgia; font-style: italic;">
<span style="font-size: 100%;"><span style="font-size: xx-small;">trad. y notas Carmen Gauger, edit. Alianza </span></span></div>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-87201221380409858322013-08-12T04:00:00.002-07:002013-08-12T04:37:01.935-07:00Orfeo y Euridice-ópera de C.W.Gluck-Puesta en escena de Pina Bausch<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/uLS9iMjxyE4?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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<br /></div>
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<br /><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/swZDD3uVQIc?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/Ja9yFxbSXdk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/iQ46oMpmTbY?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-91992089218326142692013-08-11T01:10:00.002-07:002013-08-11T01:12:41.351-07:00Coro de Manos Blancas de Venezuela-El Sistema<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/Wg2iukCA0Yo?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe><br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/OMBeMFqsF2Y?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://img.youtube.com/vi/Ag40iyr5Y_I/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://youtube.googleapis.com/v/Ag40iyr5Y_I&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://youtube.googleapis.com/v/Ag40iyr5Y_I&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object><br />
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/IAlaJ-kJrCs?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/wW9HcUmnuBk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<br />
<br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-46004234644027608992013-08-05T22:45:00.000-07:002013-08-05T22:47:49.026-07:00Ombligo y bomba atómica-Eikoh HOSOE//Hiroshima-G.MOUSTAKI<br />
<br />
<br />
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://img.youtube.com/vi/lbhK_De9JBw/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://youtube.googleapis.com/v/lbhK_De9JBw&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://youtube.googleapis.com/v/lbhK_De9JBw&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><b><u><i>Ombligo y bomba atómica</i></u>,</b> 1960; dirigido por <a href="https://es-la.facebook.com/note.php?note_id=395690813323&comments"><b>Eikoh Hosoe</b></a> con coreografía de <b>Tatsumi Hijikata</b> fundador junto a <b>Kazuo Ohno</b> de la danza <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/But%C5%8D">butoh </a>que busca<i> un nuevo cuerpo</i>, tras la masacre de Hiroshima y Nagasaki. </span><br />
<span style="font-size: small;">La primera obra de butoh fue <i>Kinjiki</i>, <i>(Colores prohibidos)</i> basada en la novela de <b>Yukio Mishima</b>.</span><br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://img.youtube.com/vi/SVYiu_gPUYU/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://youtube.googleapis.com/v/SVYiu_gPUYU&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://youtube.googleapis.com/v/SVYiu_gPUYU&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<span style="font-size: x-small;">Letra y música de</span> <b>Georges Moustaki</b><br />
<br />
<span style="font-size: small;">Par la colombe et l'olivier,<br />Par la détresse du prisonnier,<br />Par l'enfant qui n'y est pour rien,<br />Peut-être viendra-t-elle demain.<br /><br />Avec les mots de tous les jours,<br />Avec les gestes de l'amour,<br />Avec la peur, avec la faim,<br />Peut-être viendra-t-elle demain.<br /><br />Par tous ceux qui sont déjà morts,<br />Par tous ceux qui vivent encore,<br />Par ceux qui voudraient vivre enfin</span><br />
<span style="font-size: small;">Peut-être viendra-t-elle demain.<br /><br />Avec les faibles, avec les forts,<br />Avec tous ceux qui sont d'accord,<br />Ne seraient-ils que quelques-uns,<br />Peut-être viendra-t-elle demain.<br /><br />Par tous les rêves piétinés,<br />Par l'espérance abandonnée,<br />À Hiroshima, ou plus loin,<br />Peut-être viendra-t-elle demain,<br />La Paix !</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"> </span> </span>karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-57495543746564495732013-08-04T00:54:00.002-07:002013-08-04T00:58:14.612-07:00El Cabrero por bulerías La lluvia,soneto de Borges,toca Rafael Rodríguez-//("no hay más viento")<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/xIjBgTtQdd8" width="560"></iframe><br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="//www.youtube.com/embed/U-S1Ozr7hQI" width="459"></iframe>karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-37756915961631286282013-08-03T12:59:00.001-07:002013-08-10T02:49:26.508-07:00Los almendros-Albert CAMUS<span style="background-color: white;"><span><span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="background-color: #f6b26b;"></span></span></span></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUVUBL9LpOAWMP6VcK9XXLlWT1w_mZZPYD-jKtS2t2Vh0B15VVa0-CzOX7mI8oRglDumtZzkxDozgWg1gAKhKbMDQnhvyU_FiUZFA5lurncnrA0gdt46dhB3t-fkN7PW_uZybq4U7oV8A/s1600/albert-camus-en-la-ventana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUVUBL9LpOAWMP6VcK9XXLlWT1w_mZZPYD-jKtS2t2Vh0B15VVa0-CzOX7mI8oRglDumtZzkxDozgWg1gAKhKbMDQnhvyU_FiUZFA5lurncnrA0gdt46dhB3t-fkN7PW_uZybq4U7oV8A/s320/albert-camus-en-la-ventana.jpg" width="212" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<span style="background-color: #f9cb9c;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">"¿Sabe usted -le decía Napoleón a Fontanes- qué es lo que más admiro
del mundo? La impotencia de la fuerza para fundar nada. Sólo hay dos
potencias en el mundo: la espada y el espíritu. A la larga, la espada es
siempre vencida por el espíritu."</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Los conquistadores -por lo que se ve-, son en ocasiones
melancólicos. Algún precio hay que pagar por tanta gloria vana. Pero lo
que hace cien años era verdad para la espada, hoy ya no lo es tanto por
lo que se refiere al tanque. Los conquistadores han ganado puntos, y el
lúgubre silencio de los lugares sin espíritu se ha instalado durante
años en una Europa desgarrada.
</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">En tiempos de las espantosas guerras de Flandes, los pintores
holandeses podían llegar a pintar los gallos de sus corrales. Se ha
olvidado asimismo la guerra de los Cien Años y, no obstante, las
oraciones de los místicos silesios viven aún en algunos corazones. Pero
hoy las cosas han cambiado y se moviliza tanto al pintor como al monje:
somos solidarios con ese mundo. El espíritu ha perdido esa regia
seguridad que los conquistadores sabían reconocerle; hoy, incapaz de
dominar a la fuerza, se agota maldiciéndola.
</span></span>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Las personas de buena fe dicen que eso es una desgracia. Nosotros no
sabemos si es una desgracia, pero sabemos que es así. La conclusión es
que hay que arreglárselas. Y, así, basta con saber lo que queremos. Y lo
que queremos es precisamente no inclinarnos nunca ante la espada, no
dar nunca la razón a la fuerza que no se pone al servicio del espíritu.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Ciertamente se trata de una tarea que no tiene fin. Pero estamos
aquí para proseguirla. No creo tanto en la razón como para apuntarme al
progreso ni a ninguna filosofía de la Historia. Por lo menos, sí creo
que los hombres nunca han dejado de avanzar en la conciencia que han ido
adquiriendo de su destino. No nos hemos elevado por encima de nuestra
condición, y, sin embargo, la conocemos mejor. Sabemos que vivimos en la
contradicción, pero que debemos rechazar la contradicción y hacer
cuanto sea necesario para disminuirla. Nuestra tarea de hombres es la de
encontrar las escasas fórmulas que puedan apaciguar la angustia
infinita de las almas libres. Tenemos que remendar lo que se ha
desgarrado, hacer que la justicia sea imaginable en un mundo tan
evidentemente injusto, que la felicidad tenga algún sentido para los
pueblos envenenados por la desdicha del siglo. Naturalmente es una tarea
sobrehumana. Pero se llama sobrehumanas a las tareas que los hombres
tardan mucho tiempo en llevar a cabo: eso es todo.
</span><br /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Sepamos, pues, lo que queremos; permanezcamos firmes en el espíritu
aun cuando la fuerza, para seducirnos, tome la forma de una idea o del
bienestar. Lo más importante es no perder la esperanza. No hagamos
demasiado caso a los que anuncian el fin del mundo. Las civilizaciones
no mueren con tanta facilidad, y, aun suponiendo que este mundo tuviera
que derrumbarse, lo haría después que otros. Es muy cierto que estamos
en una época trágica. Pero mucha gente confunde lo trágico con la
desesperación. "Lo trágico -decía Lawrence- debería ser una inmensa
patada que se le pega a la desdicha." He aquí un pensamiento sano e
inmediatamente aplicable. Hay muchas cosas hoy en día que merecen esa
patada.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Cuando vivía en Argel, esperaba siempre pacientemente durante el
invierno, porque sabía que en una noche, en una sola noche fría y pura
de febrero, los almendros del valle des Consuls se cubrirían de flores
blancas. Después me maravillaba al ver cómo esa nieve frágil resistía
todas las lluvias y el viento del mar. Sin embargo, todos los años
resistía lo suficiente para preparar el fruto.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">No es un símbolo. No ganaremos nuestra felicidad a fuerza de
símbolos. Hace falta algo más serio. Quiero decir tan sólo que, a veces,
cuando el peso de la vida se vuelve excesivo en esta Europa todavía
colmada de su propia desdicha, me vuelvo hacia esos países restallantes
donde quedan aún tantas fuerzas intactas. Los conozco demasiado como
para no saber que son la tierra elegida donde la contemplación y el
valor pueden equilibrarse. Meditar acerca de su ejemplo me enseña que si
se quiere salvar la inteligencia, es necesario ignorar sus dotes para
la queja y exaltar su fuerza y su prestigio. Este mundo está envenenado
de desdichas y parece complacerse en ellas. Está entregado por completo a
ese mal que Nietzsche llamaba espíritu de torpeza. No le tendamos la
mano. Es inútil llorar sobre el espíritu, basta con trabajar por él.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Pero, ¿dónde están las virtudes conquistadoras del espíritu? El
propio Nietzsche las ha enumerado como enemigos mortales del espíritu de
torpeza. Según él son la fuerza de carácter, el gusto, el "mundo", la
felicidad clásica, el duro orgullo, la fría frugalidad del sabio.
</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Tales virtudes son necesarias más que nunca y cada cual puede
elegir la que le convenga. Ante la enorme magnitud de la partida en
juego, que no se olvide en todo caso la fuerza de carácter. No hablo de
esa a la que en las tribunas electorales acompañan los fruncimientos de
cejas y las amenazas. Sino de la que resiste todos los vientos del mar
en virtud de la blancura y de la savia. Esa es la que, en el invierno
del mundo, preparará el fruto</span>.<i> (1940)</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><i>::::::::::::::::::::::::::::::::::::</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><i> </i><span style="font-size: x-small;"><b>Albert CAMUS</b>, de <b><i>El Verano</i></b></span>, <span style="font-size: xx-small;">Trad. Luis Echávarri. Madrid, Alianza Editorial, 1996. </span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd4aSDCMiqMxIPiIM-9_p5eflp7Mw2Dmf79YrjbROHpmMTDOGnKSwoer98QjIss8IUwjgqk6BzvttSXbJGEPQYDZn1ciGowAD-ha5xZiivPyZ0fWNHZSLNxJZQXAs4STJl5I-O0pFKiSc/s1600/camus-tipasa.1262608346.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd4aSDCMiqMxIPiIM-9_p5eflp7Mw2Dmf79YrjbROHpmMTDOGnKSwoer98QjIss8IUwjgqk6BzvttSXbJGEPQYDZn1ciGowAD-ha5xZiivPyZ0fWNHZSLNxJZQXAs4STJl5I-O0pFKiSc/s320/camus-tipasa.1262608346.jpg" width="207" /></a></span></span></div>
<span style="background-color: #f9cb9c;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></span></div>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-75653273627622909862013-07-27T18:16:00.001-07:002013-07-27T18:16:14.073-07:00El golpe en la puerta del cortijo-Franz KafkaFue un caluroso día de verano. Mi hermana y yo pasábamos frente a la
puerta de un cortijo que estaba en el camino de regreso a casa. No sé si
golpeó esa puerta por travesura o distracción, no sé si tan solo
amenazó con el puño sin llegar a tocarla siquiera. Cien metros más
adelante, junto al camino real que giraba a la izquierda, empezaba el
pueblo. No lo conocíamos, pero al cruzar frente a la casa que estaba
inmediatamente después de la primera, salieron de ahí unos hombres
haciéndonos unas señas amables o de advertencia; estaban asustados,
encogidos de miedo. Señalaban hacia el cortijo y nos hacían recordar el
golpe contra la puerta. Los dueños nos denunciarían e inmediatamente
comenzaría el sumario. Yo permanecía calmo, tranquilizaba a mi hermana.
Posiblemente ni siquiera había tocado, y si en realidad lo había hecho,
nadie podría acusarla por eso. Intenté hacer entender esto a las
personas que nos rodeaban; me escuchaban pero absteniéndose de emitir
juicio alguno. Después dijeron que no sólo mi hermana sino también yo
sería acusado. Yo asentía sonriente con la cabeza. Todos volvíamos
nuestra vista atrás, hacia el cortijo., tan atentamente como si se
tratara de una lejana cortina de humo tras la cual fuera a aparecer un
incendio. Lo que pronto vimos, en realidad fue a unos jinetes que
entraron por el portón del cortijo. Una polvareda al levantarse, lo
cubrió todo; solo brillaban las puntas de las enormes lanzas. Apenas la
tropa había desaparecido en el patio, cuando debió, al parecer, hacer
dar vuelta a sus corceles, pues volvió a salir en dirección nuestra.
Aparté a mi hermana de un empellón, yo me encargaría de poner todo en
orden. Ella no quiso dejarme solo. Le expliqué que para que se viera
mejor vestida ante los señores debía, al menos, cambiarse de ropas. Por
fin me hizo caso e inició el largo camino a casa. Ya estaban los jinetes
junto a nosotros y casi al tiempo de apearse preguntaron por mi
hermana. “No está aquí de momento” fue la temerosa respuesta, “pero
vendrá mas tarde”. La contestación se recibió con indiferencia. Parecía
que ante todo, lo importante era haberme hallado. Destacaban, de entre
ellos, el juez, un hombre joven y vivaz, y su silencioso ayudante
llamado Assmann. Me invitaron a pasar a la taberna campesina.
Lentamente, balanceando la cabeza, jugando con los tiradores, comencé a
caminar bajo las miradas severas de los señores. Aún creía que una sola
palabra sería suficiente para que yo, que vivía en la ciudad, fuese
liberado, incluso con honores, en ese pueblo campesino. Pero luego de
atravesar el umbral de la puerta, pude escuchar al juez que se acercó a
recibirme: “Este hombre me da lástima”. Sin duda alguna, no se refería
con esto a mi estado actual sino a lo que me esperaba en el futuro. La
habitación se parecía mas a la celda de una prisión que a una taberna
rural. De las grandes losas de la pared, oscura y sin adornos, pendía,
en alguna parte, una argolla de hierro, y en el centro de la habitación
algo que era medio catre y medio mesa de operaciones.<br />
¿Podría yo respirar otros aires que los de una cárcel? He aquí el
gran dilema. O, mejor dicho, lo que sería el gran dilema, si yo tuviera
alguna perspectiva de ser dejado en libertad.<br />
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: <br />
<br />
<span style="font-size: xx-small;">Trad. Sergio Guillén, en La Condena y otros relatos- editorial AKAL, </span><br />
<a href="http://de.wikisource.org/wiki/Der_Schlag_ans_Hoftor"><span style="font-size: x-small;">original aquí</span></a>karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-72911883798799027372013-07-26T14:44:00.002-07:002013-07-26T14:44:31.988-07:00buscando a mi familia-Patricia Jabbeh Wesley,(Liberia 1955)<br />
<h4 align="center">
buscando a mi familia </h4>
“Buen amigo, por favor ayúdame.<br />
¿Cuando vivías en Kataka<br />
no habrás visto a dos niños?<br />
Uno de ellos de piel oscura, regordete.<br />
El otro de tez más clara y ojos negros.<br />
<br />
¿Mi buen amigo,<br />
no los habrás visto cuando vivías en Ganta?<br />
Uno tendría alrededor de diez años<br />
el otro, aproximadamente esta altura. <br />
Mi hijo mayor, Nyema, el menor Doeteh.<br />
<br />
¿Mi buen amigo podrías decirme <br />
si se dirigieron a Tapeta?<br />
¿Les entregaron fusiles, habrán matado?<br />
¿Mi buen amigo, podrías decirme<br />
si caminaron hacia Bassa?<br />
¿Habrán muerto de hambre?<br />
<br />
¿Mi buen amigo, podrías informarme<br />
si a su lado caminaba una madre?<br />
¿Estaba ella en buena salud, recibió buen trato?<br />
¿Ah, entonces, mi buen amigo, fue allí<br />
donde los obligaron a salirse de la columna?<br />
<br />
¿Buen amigo tenían hambre<br />
cuando se enfrentaron a su fin?<br />
Ahora, mi buen amigo podré seguir sus pasos<br />
y envolver sus huesos.<br />
Gracias, mi buen amigo.<br />
¿Pero cómo haré para reconocer sus huesos?”<br />
<br />
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::<br />
<span style="font-size: xx-small;">trad. Ricardo Gómez</span><br />
Patricia Jabbeh Wesley, Liberia 1955.<br />
<a href="http://es.scribd.com/doc/109086433/Voces-Del-Sur-Antologia-de-Poetas-Africanos">leer más aquí</a>, <br />
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-56769765907706100622013-07-24T07:47:00.001-07:002013-07-24T08:27:53.864-07:00Amazon de Alemania explota a temporeros españoles y del resto de Europa-Documento de la tv. pública alemana<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/CWnihRp2pQY?list=UUPh58_1IWrglAFxKlfAOgSQ" width="560"></iframe><br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-26207591073258327682013-07-22T23:32:00.000-07:002013-07-22T23:34:55.086-07:00Abel Azcona-Dark-room-60 días encerrado-Perfomance<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/ka1sPAfxjDs" width="560"></iframe><br />
Abel Azcona, "Primal Wound".<br />
La herida original o primaria es el
nombre psiquiátrico que se ha dado a los menores abandonados al nacer,
es una herida psicológica que acompaña toda la vida al menor que ha
sufrido abandono o maltrato.<br />
<br />
Hidden Gallery<br />
www.hiddengallery.eu<br />
<br />
<br />
<a href="http://www.abel-azcona.com/dark-room">http://www.abel-azcona.com/dark-room</a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY_EpFV5enTd0Tzy47nCIeRHEofZB2CtGiu9f30hOyuldo_hNoy7shU5eDJ1lBvJXvBkmbcvgZhIlSuRWM-AZ1SmA8FWg3hRAXtn9xyYciEc4Ew-_BhcuPahio5L6ng_at18c66r-Wqwk/s1600/1.jpg.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY_EpFV5enTd0Tzy47nCIeRHEofZB2CtGiu9f30hOyuldo_hNoy7shU5eDJ1lBvJXvBkmbcvgZhIlSuRWM-AZ1SmA8FWg3hRAXtn9xyYciEc4Ew-_BhcuPahio5L6ng_at18c66r-Wqwk/s320/1.jpg.png" width="291" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe97E6Hk-TgHG40_Dwa7sKdmcsvBVieav13Kg4w02zP-dnFKCGVzP7X6awTn_-cskh66xL0you9eD958o0Vf411No-5O4zYb-3rjCjfe7mcUKiZUMbQFX4JcYvNtsj1YQYeMT0hebjI4k/s1600/17.jpg.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe97E6Hk-TgHG40_Dwa7sKdmcsvBVieav13Kg4w02zP-dnFKCGVzP7X6awTn_-cskh66xL0you9eD958o0Vf411No-5O4zYb-3rjCjfe7mcUKiZUMbQFX4JcYvNtsj1YQYeMT0hebjI4k/s320/17.jpg.png" width="291" /></a></div>
<br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-60475493934795329552013-07-21T16:12:00.002-07:002013-07-21T16:12:35.984-07:00Un incruento cuento de los hermanos Grimm-Los duendecillos<br />
<br />
Un zapatero se había empobrecido de tal modo, y no por culpa suya, que,
al fin, no le quedaba ya más cuero que para un solo par de zapatos.
Cortólos una noche, con propósito de coserlos y terminarlos al día
siguiente; y como tenía tranquila la conciencia, acostóse plácidamente
y, después de encomendarse a Dios, quedó dormido. A la mañana, rezadas
ya sus oraciones y cuando iba a ponerse a trabajar, he aquí que encontró
sobre la mesa los dos zapatos ya terminados. Pasmóse el hombre, sin
saber qué decir ni qué pensar. Cogió los zapatos y los examinó bien de
todos lados. Estaban confeccionados con tal pulcritud que ni una puntada
podía reprocharse; una verdadera obra maestra.<br />
A poco entró un comprador, y tanto le gustó el par, que pagó
por él más de lo acostumbrado, con lo que el zapatero pudo comprarse
cuero para dos pares. Los cortó al anochecer, dispuesto a trabajar en
ellos al día siguiente, pero no le fue preciso, pues, al levantarse,
allí estaban terminados, y no faltaron tampoco parroquianos que le
dieron por ellos el dinero suficiente con que comprar cuero para cuatro
pares. A la mañana siguiente otra vez estaban listos los cuatro pares, y
ya, en adelante, lo que dejaba cortado al irse a dormir, lo encontraba
cosido al levantarse, con lo que pronto el hombre tuvo su buena renta y,
finalmente, pudo considerarse casi rico.<br />
Pero una noche, poco antes de Navidad, el zapatero, que ya
había cortado los pares para el día siguiente, antes de ir a dormir dijo
a su mujer:<br />
- ¿Qué te parece si esta noche nos quedásemos para averiguar quién es que nos ayuda de este modo?<br />
A la mujer parecióle bien la idea; dejó una vela encendida, y
luego los dos se ocultaron, al acecho, en un rincón, detrás de unas
ropas colgadas.<br />
Al sonar las doce se presentaron dos minúsculos y graciosos
hombrecillos desnudos que, sentándose a la mesa del zapatero y cogiendo
todo el trabajo preparado, se pusieron, con sus diminutos dedos, a
punzar, coser y clavar con tal ligereza y soltura, que el zapatero no
podía dar crédito a sus ojos. Los enanillos no cesaron hasta que todo
estuvo listo; luego desaparecieron de un salto.<br />
Por la mañana dijo la mujer:<br />
- Esos hombrecitos nos han hecho ricos, y deberíamos
mostrarles nuestro agradecimiento. Deben morirse de frío, yendo así
desnudos por el mundo. ¿Sabes qué? Les coseré a cada uno una camisita,
una chaqueta, un jubón y unos calzones, y, además, les haré un par de
medias, y tú les haces un par de zapatitos a cada uno.<br />
A lo que respondió el hombre: <br />
- Me parece muy bien.<br />
Y al anochecer, ya terminadas todas las prendas, las
pusieron sobre la mesa, en vez de las piezas de cuero cortadas, y se
ocultaron para ver cómo los enanitos recibirían el obsequio. A
medianoche llegaron ellos saltando y se dispusieron a emprender su labor
habitual; pero en vez del cuero cortado encontraron las primorosas
prendas de vestir. Primero se asombraron, pero enseguida se pusieron muy
contentos. Vistiéronse con presteza, y, alisándose los vestidos,
pusiéronse a cantar:<br />
"¿No somos ya dos mozos guapos y elegantes?<br />
¿Por qué seguir de zapateros como antes?."<br />
Y venga saltar y bailar, brincando por sobre mesas y bancos,
hasta que, al fin, siempre danzando, pasaron la puerta. Desde entonces
no volvieron jamás, pero el zapatero lo pasó muy bien todo el resto de
su vida, y le salió a pedir de boca cuanto emprendió.<br />
<a href="http://www.grimmstories.com/language.php?grimm=039&l=es&r=de">original en alemán aquí</a><br />
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::<br />
<br />
Mis comentarios al texto:<br />
De vez en cuando me viene a la cabeza este cuento y me he dejado llevar... Algo parecido me pasa también con <i>Bartleby el escribiente</i>.<br />
Ya su inicio es una diatriba contra <i>alguien</i> que tiene la culpa del empobrecimiento del zapatero. Pero el artesano, tiene tranquila la conciencia, reza, y se duerme como un bendito. Durante esa noche sucede un prodigio que se repetirá muchas otras: <i>alguien</i> cose los zapatos con el cuero que deja cortado el zapatero, y resultan ser una pequeña obra de arte, por lo que se venden a buen precio rápidamente. Esto le permite hacerse rico y seguir con su oficio. Sin embargo, se me ocurre que quizás su labor no era tan buena y por eso no se vendía bien. <br />
Pero hay otros hechos desconcertantes para mí. La poca curiosidad que manifiesta el matrimonio por saber lo que sucede. Pasan noches y noches hasta que se les ocurre aclararlo, y cuando lo hacen, se sienten tan agradecidos con los dos hombrecillos desnudos y les obsequian de todo corazón. Y ahora viene lo más desconcertante: al sentirse vestidos elegantemente, los hombrecillos dejan de trabajar, cuando podrían haberse ellos mismos confeccionado con cualquier retalito unas ropas más que adecuadas. <br />
<br />
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-44861292610461796812013-07-19T23:08:00.002-07:002013-07-19T23:25:46.727-07:00De cómo pasamos el Portillo donde vivía Rapiñamichino, Archiduque de los Gatos Forrados-François RABELAIS-<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhT1U22YKgRm4dh5SzBrGnwr7X_xeFr9qUFMxeiwSGKgVakHoTn6QIQ_8pXja8M2tEbdLNnv8S43bYlzfo5S7qvQQG8ybmz5ARkkRLfgm2o5SYM9e5cbWqRFlu0uBeGS8xc6GJPdu3LpiM/s1600/1311513-Gustave_Dor%C3%A9_illustration_pour_Gargantua.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhT1U22YKgRm4dh5SzBrGnwr7X_xeFr9qUFMxeiwSGKgVakHoTn6QIQ_8pXja8M2tEbdLNnv8S43bYlzfo5S7qvQQG8ybmz5ARkkRLfgm2o5SYM9e5cbWqRFlu0uBeGS8xc6GJPdu3LpiM/s320/1311513-Gustave_Dor%C3%A9_illustration_pour_Gargantua.jpg" width="240" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqdW0vkahZknLeNE7tlfT0QGM09PhWNUOYawZaJ35uLLwiRVhuDyeX3i-pfA6MwSFhqUp4zgGhyphenhyphenwcVxOq7PXTVxqMQJtECVxUuA8NqiIYfS_fGCOjERTvx8mUYqYSGG20CGNauQYKUQ2E/s1600/1311516-Gustave_Dor%C3%A9_illustration_pour_Vie_inestimable_du_Grand_Gargantua.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqdW0vkahZknLeNE7tlfT0QGM09PhWNUOYawZaJ35uLLwiRVhuDyeX3i-pfA6MwSFhqUp4zgGhyphenhyphenwcVxOq7PXTVxqMQJtECVxUuA8NqiIYfS_fGCOjERTvx8mUYqYSGG20CGNauQYKUQ2E/s320/1311516-Gustave_Dor%C3%A9_illustration_pour_Vie_inestimable_du_Grand_Gargantua.jpg" width="253" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKXGJ5nG_W1mN91qaq1pfqDALgygKaITxio9y5bMFh_4HFN_XbTNjxOc2R1BoUDo3LSlgrVTExdcCyC-BgU1dMLOQEyC9u8-KorjDwnT3wFCuPAtu9a1gp-9a7-j1uTigpWx9N8rRKfrk/s1600/worksofrabelaisf00rabeuoft_0681.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKXGJ5nG_W1mN91qaq1pfqDALgygKaITxio9y5bMFh_4HFN_XbTNjxOc2R1BoUDo3LSlgrVTExdcCyC-BgU1dMLOQEyC9u8-KorjDwnT3wFCuPAtu9a1gp-9a7-j1uTigpWx9N8rRKfrk/s320/worksofrabelaisf00rabeuoft_0681.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: x-small;">Ilustraciones de Gustav Doré halladas en Internet</span><br />
<br />
<br />
<u>capítulo XI del libro Quinto de Gargantúa y Pantagruel-</u><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><i>[comentario del traductor</i>]</span><br />
<span style="font-size: small;"><i>Nuevo y despiadado ataque a la Justicia, representada por otro monstruo quimérico, esta vez por la boca de un pícaro. La parodia se adorna con juegos a propósito del mortero (bonete redondo de terciopelo que llevaban los presidentes de la Corte), alusiones a la orla de piel de la toga de los magistrados ("Gatos Forrados") y a los birretes cuadrados de los doctores en derecho. Se bromea, además, a propósito de la mesa de mármol del Palacio de Justicia de París, sin olvidar una caricatura de la alegoría de la Justicia, a la que se coloca una hoz en lugar de una espada, y antiparras en lugar de venda en los ojos. Los sacos, símbolo de la rapacidad de las gentes de leyes, proliferan por todo el texto.</i></span><br />
<span style="font-size: small;"><i>Cuando se habla de "sexta esencia", se alude a algo sutilísimo, puesto que los alquimistas no lograban depurar la quintaesencia. </i></span><br />
<span style="font-size: small;"><i>Debe recordar el lector que Júpiter, con sus rayos, arrojó al infierno a los titanes.]</i></span><br />
<br />
<br />
Desde allí pasamos a Condenación, que es otra isla totalmente desierta; pasamos también el Portillo, lugar en el que Pantagruel no quiso bajar a tierra, e hizo muy bien, pues fuimos hechos prisioneros y arrestados de hecho por orden de Rapiñamichino, archiduque de los Gatos Forrados, porque alguien de nuestra compañía quiso vender sombreros de Cassada a un procuradouro.<br />
Los Gatos Forrados son animales muy horribles y espantables: comen niños y pastan sobre piedras de mármol. ¿No os parece, bebedores, que deberían estar chatos? El pelo de la piel no les sale hacia fuera, sino que se esconde dentro, y todos y cada uno de ellos llevan, como su símboblo y divisa un zurrón abierto, pero no todos de la misma manera, pues algunos lo llevan atado al cuello, en bandolera, otros sobre el culo, otros sobre la barriga, otros sobre el costado, y todos por una buena razón misteriosa. Tienen también las zarpas tan fuertes, largas y aceradas que nada se les escapa una vez que lo tienen entre las garras. Se cubren la cabeza, unas veces con birretes de cuatro canales o braguetas, otras con birretes invertidos, otras con morteros, otras con caparazones mortificados. Al entrar en su malandrinera, un pícaro de la hostería, al que dimos medio testón, nos dijo:<br />
-¡Gentes de bien, que Dios os conceda salir pronto, con salud, de este lugar! Observad bien el semblante de estos villanos pillares, arbotantes de la justicia rapiñamichinera. Y notad que si aún vivís seis olimpiadas y la edad de dos perros, veréis a estos Gatos Forrados como señores de toda Europa y pacíficos dueños de todos los bienes y posesiones que en ella hay, si en manos de sus herederos, como castigo divino, no se marchitan repentinamente esos bienes y rentas injustamente adquiridos por ellos. Sabedlo de boca de un pícaro de bien. Entre ellos reina la sexta esencia, por medio de la cual lo rapiñan todo, devoran todo y lo ciscan todo. Queman, descuartizan, decapitan, machucan, encarcelan arruinan y minan todo, sin discernir entre el bien y el mal. Pues, entre ellos, al vicio se le llama virtud; a la maldad, bondad; la traición tiene por nombre lealtad; al latrocinio se le llama liberalidad; pillaje es su divisa y, si son ellos los que lo cometen, lo encuentran bien todos los humanos, si exceptuáis los herejes, y todo ello lo hacen con soberana e irrefragable autoridad.<br />
"Para corroborar mi pronóstico, observad que ahí dentro los comederos están por encima de los pesebres. Algún día os acordaréis de esto. Y si, por desgracia, alguna vez sufre el mundo pestes, hambrunas o guerras, ciclones, cataclismos, conflagaciones y desdichas, no los atribuyáis ni los achaquéis a maléficas conjunciones de planetas, a los abusos de la Corte romana o a la tiranía de los reyes y príncipes de la tierra, a la impostura de los hipócritas, herejes y falsos profetas, a la maldad de los usureros, falsos monederos, roedores de testones, ni a la ignorancia, impudicia, imprudencia de los médicos, cirujanos y boticarios, ni a la perversidad de las mujeres adúlteras, envenenadoras, infanticidas: atribuidlo todo a la ruinosa e indecible, increíble, incalculable maldad que continuamente se forja y ejerce en la oficina de los Gatos Forrados, que no es más conocida del mundo que la cábala de los judíos. Ésa es la causa de que no sea detestada, corregida y castigada, como sería razonable. pero si un día es puesta en evidencia y manifestada al pueblo, no hay ni nunca hubo orador capaz de retener a ese pueblo, por elocuente que en su arte sea; ni ley tan rigurosa y draconiana que pueda contenerlo por temor al castigo, ni magistrado tan poderoso que, por la fuerza, le impidiese quemarlos cruelmente vivos a todos dentro de su madriguera. Sus propios hijos, Gatitos Forrados y otros parientes los tenían en horror y abominación. Por eso, así como Aníbal recibió de su padre Amílcar, bajo solemne y religioso juramento, orden de perseguir a los romanos mientras viviese, así he recibido yo de mi difunto padre orden terminante de permanecer aquí fuera, a la espera de que ahí dentro caiga el rayo del cielo y los reduzca a cenizas, como a otros titanes, profanos y teófobos, puesto que los humanos tienen el cuerpo tan endurecido que no recuerdan el mal que les ha acaecido, les acaece y les acaecerá, y no lo sienten, no lo previenen o, si lo sienten, no se atreven, ni quieren, ni pueden exterminarlos.<br />
-¿Qué es eso?- dijo Panurgo- ¡Ah, no, no! No voy allí, por Dios, ¡volvamos!<br />
-¡Volvamos! -dije-. ¡Por el amor de Dios!<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">Ese noble pillo más me ha asombrado </span><br />
<span style="font-size: x-small;">que si el cielo de otoño hubiese tronado. </span><br />
<br />
<span style="font-size: large;">De vuelta, encontramos la puerta cerrada y se nos dijo que allí se entraba con facilidad, como al Averno. La dificultad estaba en salir, y que no saldríamos al exterior, en manera alguna, sin un pase y un comprobante de asistencia, por la sencilla razón de que uno no se va de las ferias como del mercado, y que teníamos los pies polvorientos. </span><br />
<span style="font-size: large;">Lo peor fue cuando pasamos el Portillo, pues, para obtener nuestro pase y comprobante, fuimos presentados ante el monstruo más abominable que jamás se haya descrito. Lo llamaban Rapiñamichino. No sabría comparároslo mejor que con la Quimera, o con la Esfinge y Cerbero, o bien con la estatua de Osiris tal y como lo representaban los egipcios, con tres cabezas juntas en una, a saber: un león rugiente, un perro gañendo, un lobo abriendo sus fauces, enredados en un dragón que se mordía la cola, con rayos centelleantes en torno. Tenía las manos llenas de sangre, las zarpas como de arpía, el morro en pico de cuervo, los dientes como los de un verraco de cuatro años, los ojos flameantes como las fauces del infierno, totalmente cubierto de morteros entrelazados con majas borlas; sólo las zarpas eran visibles. Su asiento y el de todos sus colaterales, gatos de conejar, era un largo pesebre muy nuevo, sobre el cual estaban instalados, del revés, comederos muy amplios y hermosos, según el pícaro nos habia prevenido. En el lugar del asiento principal se encontraba la imagen de una vieja, con un forro de hoz en la mano derecha, una balanza en la siniestra y antiparras en la nariz. Los platillos de la balanza eran dos zurrones de terciopelo: uno lleno de monedas y colgante, el otro vacío y alzado muy por encima del fiel. Y soy de la opinión de que se trataba del retrato de la justicia rapiñamichinera, muy alejada de la instrucción de los antiguos tebanos, que erigían las estatuas de sus dicastes y jueces, tras su muerte, en oro y plata, o en mármol, según su mérito, todas sin manos. Cuando fuimos presentados ante él, no sé qué clase de gentes, todas vestidas con zurrones y sacos con grandes colgajos de pergamino, nos hicieron sentar en un banquillo. Panurgo decía:</span><br />
<span style="font-size: large;">-Pájaros de cuenta, amigos míos, estoy muy bien así, de pie; por otro lado, es bajo en demasía para un hombre que lleva calzas nuevas y un jubón demasiado corto.</span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-size: large;">-Sentáos ahí- respondieron-, y que no tengamos que repetíroslo. La tierra se abrirá ahora para tragaros vivos si no respondéis como es debido</span>.</span><br />
<br />
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">de <i><b>Gargantúa y Pantagruel </b></i>(los cinco libros)-de <b>François RABELAIS</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;">traducción y notas de presentación de cada capítulo, Gabriel Hormaechea</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Prefacio de Guy Demerson</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Edit. Acantilado </span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-15091728989949312272013-07-13T11:54:00.000-07:002013-07-13T12:09:43.590-07:00(sic)"El Louvre también está cerrado por la noche" (como el aeropuerto de Castellón), colegio público nº 103 en Valencia en barracones junto al puerto de lujo, etc, etc<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/Uy3fscGmqX8?list=UUPh58_1IWrglAFxKlfAOgSQ" width="560"></iframe><br />
<br />
reportaje realizado por un periodista residente en Alemania, hijo de emigrantes andaluces, para una televisión privada alemana.<br />
<a href="http://www.youtube.com/watch?v=Uy3fscGmqX8&feature=c4-overview&list=UUPh58_1IWrglAFxKlfAOgSQ">http://www.youtube.com/watch?v=Uy3fscGmqX8&feature=c4-overview&list=UUPh58_1IWrglAFxKlfAOgSQ</a> <br />
<br />
<br />
<br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-38221901333157064302013-07-07T07:18:00.000-07:002013-07-07T07:47:50.210-07:00Un Golpe de dados no abolirá el azar- Stéphane MALLARMÉ<br />
<a href="http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b8625644w">aquí se puede hojear el original con anotaciones para la imprenta del propio Mallarmé</a><br />
<br />
PREFACIO<br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div align="justify" class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin-bottom: .0001pt; margin-left: 0; margin-right: 0; margin-top: 0cm; text-indent: 0;">
<span style="font-size: small;"><i><span style="font-family: Verdana;">M<span lang="ES-TRAD">E
agradaría que no se leyera esta Nota, o que después de examinada rápidamente,
se la olvidara. Poco enseña al lector suspicaz, pero puede llegar a
perturbar al ingenuo, aún antes de fijar la mirada en las primeras
palabra del Poema, porque conforme están dispuestas, lo conducen de
inmediato a las últimas.</span></span></i></span></div>
<span style="font-size: small;"><i>
</i></span><br />
<div align="justify" class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin-bottom: .0001pt; margin-left: 0; margin-right: 0; margin-top: 0cm; text-indent: 0;">
<span style="font-size: small;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal; mso-font-kerning: 0pt;"><span style="font-family: Verdana;">La
única novedad del conjunto es la manera en que las líneas están
espaciadas. Los “blancos”, en efecto, adquieren importancia,
impresionan desde el comienzo. La versificación exige ordinariamente un
silencio en derredor, a tal punto, que un trozo lírico, o de pocos pies
de verso, ocupa, en el centro de la hoja, aproximadamente el tercio de la
misma. Yo no sobrepaso esta medida: la disperso, solamente. El papel
interviene cada vez que una imagen empieza o acaba, aceptando la sucesión
de otras imágenes; y como no se trata, según ocurre siempre, de líneas
sonoras regulares o versos –mejor dicho de subdivisiones prismáticas de
la idea- el instante de aparición y duración de su influencia en alguna
escenificación espiritual exacta, se produce en lugares distintos: próximos
o lejanos al latente hilo conductor, en razón de la apariencia de verdad
que el texto adquiere en la distribución tipográfica. La ventaja
literaria, si es que tengo derecho a decirlo, de este espacio que
reproduce al que separa mentalmente los grupos de palabras, o las palabras
entre sí, es que después parece acelerar o retardar el movimiento, dándole
métrica e insinuándolo mediante la visión conjunta de la Página,
tomada ésta como unidad, tal cual ocurre en otras circunstancias con el
Verso o línea perfecta. La ilusión surgirá velozmente alrededor de las
pausas fragmentarias de una frase fundamental, según la movilidad del
escrito, desde el título mismo, introducido y continuado en el poema en
resumen, todo ocurre hipotéticamente. Se evita el recitado. Hay que
agregar que de este empleo descarnado del pensamiento, con sus
contracciones, prolongaciones, huidas, o su dibujo mismo, resulta una
partitura para el que quiera leer en alta voz.</span></span></i></span></div>
<div align="justify" class="Estilo4" style="line-height: 100%; margin-bottom: .0001pt; margin-left: 0; margin-right: 0; margin-top: 0cm; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: xx-small; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal; mso-font-kerning: 0pt;"><span style="font-family: Verdana;"><span style="font-size: small;"><i>La
diferencia de los caracteres de imprenta entre el motivo preponderante, el
secundario y el adyacente, adquiere importancia en la emisión oral. La
ubicación en la parte superior, inferior o media de la página, indicará
que la entonación sube o baja. Únicamente ciertos intentos muy audaces,
ciertas conquistas que forman el contrapunto de esta prosodia, quedan en
estado elemental en una obra falta de antecedentes como ésta. No es que
considere que ha llegado la oportunidad de tímidos ensayos, o de actuar
muy contrariamente a la costumbre en un Periódico como éste; por más
que se muestre valiente y acogedor de las bellas libertades. Sólo me
pertenece la compaginación especial, o de volumen. Sin embargo, debiera
haber indicado, mejor que el esbozo, un “estado” del poema adjunto,
que no rompiera totalmente con la tradición; debiera haber organizado su
presentación en diferentes formas, para que frente a ellas nadie se
confunda, y que bastarían para abrirles los ojos. Sin presumir hoy del
futuro que surgirá de aquí –un arte, o casi nada- reconozco gustoso
que el intento puede tener imprevistas consecuencias particulares,
provechosas para nuestra época, como el verso libre y el poema en prosa.
Sé que su reunión se efectúa bajo influencia extraña: la de la Música
oída en el concierto. Habiendo encontrado en ella varios medios que parecían
pertenecer a las Letras, los retorno. El género que como la sinfonía,
deviene uno, deja intacto poco a poco, al lado del canto personal, el
antiguo verso, al que guardo culto y atribuyo el imperio de la pasión y
del ensueño. Habría llegado la oportunidad, mientras lo permita, de
tratar preferentemente tales temas de imaginación pura, compleja e
intelectual. No hay motivos para excluirlos de la Poesía, única fuente.</i></span>
</span></span></div>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0px; margin-right: 0px; text-indent: 0px;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: small;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-family: Verdana;">
</span></span><span style="font-family: Verdana;">Stéphane
Mallarmé</span></span></div>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0; margin-right: 0; text-indent: 0;">
<br /></div>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0; margin-right: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span style="font-size: xx-small;">versión de A.Oscar Larrauri </span></span></span></div>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0; margin-right: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span style="font-size: xx-small;">click en el enlace para leer completo el poema</span></span></span></div>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0; margin-right: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></span></span></div>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0; margin-right: 0; text-indent: 0;">
<br /></div>
<h5 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">P
O E M A
</span></span></b></h5>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></div>
<h2 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<b><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">UN
GOLPE DE DADOS NUNCA SUPRIMIRÁ EL AZAR
</span></span></b></h2>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<b><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">por
</span></span></b></div>
<h1 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">STÉPHANE
MALLARMÉ
</span></span></h1>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></div>
<h3 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">UN<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>GOLPE<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>DE<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>DADOS</span></span></a></h3>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<h6 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></a></h6>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<h6 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></a></h6>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<h6 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>NUNCA</span></span></a></h6>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></a></div>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></a></div>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;">
</span></span></a></div>
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm">
</a><br />
<h4 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cabral_eugenia/un_golpe_de_dados.htm"> AUN LANZADO EN CIRCUNSTANCIAS ETERNAS</a></h4>
<h4 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD"> </span></span></h4>
<h4 style="line-height: 100%; margin: 0; text-indent: 0;">
<span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD"> </span></span></h4>
<div align="justify" class="MsoHeading9" style="line-height: 100%; margin-left: 0; margin-right: 0; text-indent: 0;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span style="font-size: xx-small;"> </span> </span></span></div>
karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-85240744310327162002013-07-02T12:47:00.000-07:002013-07-02T12:47:44.927-07:00Quietud portátil-C.Blázquez<br />
<br />
Hay entre los libros algo más que polvo<br />
<br />
Es el poder de su quietud portátil<br />
<br />
de fortificación<br />
<br />
de fortaleza<br />
<br />
<br />
Ah pero un solo libro abierto<br />
a solas<br />
<br />
abro lilas tus párpados<br />
<br />
inasible de lábil en mis manos<br />
<br />
prosélito feroz<br />
<br />
proteico como un dios<br />
<br />
me hace.<br />
<br />
:::::::::::::::::::::::::::::::::::<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">C.Blázquez( de <i>A la sombra del sol</i>) </span><br />
<br />
<span style="font-size: xx-small;">publicado en este blog el 9 de septiembre de 2009 </span><br />
<br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-1510537260303938812013-06-29T13:50:00.003-07:002013-08-09T16:44:54.496-07:00Yo soy la Viuda-C.Blázquez<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><i>Je suis le Ténebreux, -le Veuf,- l'Inconsolé</i> (Gérard de Nerval)</span><br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">¿Ahora, quién soy?</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">Yo soy la Viuda, -la dividida y errante-</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">agua yo misma hundida</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">en la trágica lealtad de canales antiguos</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">si me miras fijamente </span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">me vencerá un sueño ligero</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">debajo del tul negro</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">hay un frío que no me perdona</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">y sin embargo me pertenece</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">debajo del tul negro</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">el infierno celebra en mí su refugio</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;"> mi rostro </span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">cebo vivo habitante</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">solsticio del sol negro</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::</span><br />
<span style="font-size: x-small;">C.Blázquez<i> (de Apoplejías del hereje) </i></span>karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-1769033687288336222013-06-21T00:06:00.000-07:002013-06-21T00:06:54.175-07:00Vínculo-C.Blázquez<br />
<span style="color: #0c343d;">vínculo entre lo no atado</span><br />
<span style="color: #0c343d;">-ni tan siquiera mal-</span><br />
<span style="color: #0c343d;">vínculo misterioso y mudo</span><br />
<span style="color: #0c343d;">-no nudo-</span><br />
<span style="color: #0c343d;"><br /></span>
<span style="color: #0c343d;">los cabos sueltos</span><br />
<span style="color: #0c343d;">pueden desatar el mundo</span><br />
<span style="color: #0c343d;">-nadie ose tirar de ellos-</span><br />
<br />
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::<br />
<span style="font-size: x-small;">C.Blázquez ( de <i>Proceso</i>)</span>karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-37274674223621683172013-06-08T01:48:00.002-07:002013-06-08T01:50:49.109-07:00no te vayas soldado Manning---Hans Werner HENZE-<br />
<br />
<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Hans_Werner_Henze">Hans Werner HENZE</a><br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/80-yhQcBNlw" width="420"></iframe><br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/3r7GxjRx21U?list=PLlaJDxtt_sFOX57nGqwLkGLgrQqwMN9N_" width="560"></iframe><br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/PN-N_rfoDDk?list=PLlaJDxtt_sFOX57nGqwLkGLgrQqwMN9N_" width="560"></iframe><br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-2270285423157497142013-06-02T23:18:00.000-07:002013-06-02T23:18:01.378-07:00para el soldado Manning que tiene la conciencia tranquila-Chacona de Bach El soldado Bradley Manning tiene la conciencia tranquila, pero a los que no la tenemos sólo nos queda contar su hazaña, y aliviarnos el dolor. Hoy 3 de junio de 2013 va a ser juzgado y condenado como poco a cadena perpetua. Lleva tres años en prision militar americana, tiene 25 años. El soldado Manning sí sabe por qué está procesado. La intención de su desobediencia: suscitar un debate sobre la guerra, y quedarse tranquilo. <br />
Un 3 de junio de 1924 moría Franz Kafka. Nunca tuvo la conciencia tranquila. Escribió El Proceso de un hombre que no supo porqué era procesado y ejecutado. <br />
La chaconna de Bach, o el dolor inefable, el tajo. <br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/BApAF0DwSW8" width="420"></iframe><br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/0DRdxT7XE1E" width="420"></iframe><br />
<br />
<a href="http://es.globalvoicesonline.org/2013/03/13/bradley-manning-envio-documentos-a-wikileaks-para-suscitar-debate-sobre-la-guerra/">http://es.globalvoicesonline.org/2013/03/13/bradley-manning-envio-documentos-a-wikileaks-para-suscitar-debate-sobre-la-guerra/</a><br />
<br />
<a href="http://www.bradleymanning.org/">http://www.bradleymanning.org/</a>karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-51327940051936738082013-05-24T09:41:00.000-07:002013-05-24T09:59:02.224-07:00ausente la ficción-C.Blázquez<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">ausente la ficción</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> la voluntad es un domador </span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">que hubiera devorado a las fieras</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y ácida permanece </span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">en su refinada jerga</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">-el árbol es un instrumento del viento</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y el otoño no se hace abedul</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">- el pájaro no cae por su peso</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> cae porque pasa </span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> es preludio</span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> </span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">luego llegan los extraños huéspedes </span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y la noche </span></b></span><br />
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">que arma a sus doncellas</span></b></span><br />
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<span style="font-size: x-small;">C. Blázquez ( de <b><i>Avisos a domicilio</i></b>)</span><br />
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<br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-67315014823672307912012-12-20T22:05:00.000-08:002012-12-20T22:07:13.205-08:00las olas de la sangre-C.Blázquez<br />
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<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">nieve posada mirlo dormido</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">cómo acumula esta soledad </span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">materia manera de sonar</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">galope de caballos desnudos</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">sin jinete</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">afuera de esta noche</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">pretexto que sirve de árbol</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">al escombro más bello</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">y decir vida mía ¿qué te duele?</span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">las olas de la sangre </span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">secuencias de un camino</span><br />
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;">que recorrerá una nueva especie </span><br />
<br />
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<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">C.Blázquez (de <i>Qué o quién te cubrirá los pies</i>)</span></span><br />
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<br />karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-949412194282549390.post-278147010405137022012-11-30T07:45:00.000-08:002012-11-30T07:46:58.787-08:00Icaro se acerca-.C.Blázquez<br />
<br />
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Yo descanso en la mirada del loco</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
La mirada del niño me enloquece</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Icaro se acerca, vuela hacia el sol</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Los pájaros no vuelan</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
disfrazan su huida de soberbia</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
Un pájaro no se deja abrazar</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
-Ícaro, la luna. Acércate a la luna</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
-Mata frío la luna-</div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
...vuelo aunque muera de sol... </div>
<div style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">
<br /></div>
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C.Blázquez (de <i>Palabra trigémina</i>)karmen blázquezhttp://www.blogger.com/profile/00939173809136494824noreply@blogger.com0