En 1955, Salvador Dalí (1904-1989) pinta un tema clásico, la Última Cena de Jesucristo con sus Apóstoles (óleo sobre lienzo,167 x 268 cm. National Gallery of Art - Washington), y lo hace colocando la escena en el interior de un dodecaedro. El dodecaedro era el símbolo platónico del Universo, ya que en él se pueden inscribir los otros cuatro poliedros regulares que, decían los Pitagóricos, corresponden a los cuatro elementos (aire, agua, tierra y fuego). Doce son las caras pentagonales del dodecaedro y doce fueron los Apóstoles. Las proporciones que rigen esta composición se rigen por el número de oro, presente a su vez varias veces en los pentágonos regulares.
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