Este vivir resúltame tan sólo una pregunta.
Y pregunto pues, a la pregunta:¿ pudiérase vivir sin la pregunta?
Y me responden otros, ellos: Sí; unos pocos se hacen la pregunta pero viven, y los que no se hacen la pregunta viven también.
Y me digo: Los que viven con su pregunta, ¿viven?, si acaso viven, mas no como los que viven sin pregunta.
Y ya, mucho o poco después, con la lucidez más involuntaria en caminos que no he abierto yo, me encadeno a la pregunta como el único modo de seguir viviendo. Quizás la certidumbre no esté lejos, y no sólo eso, sino que está acercándose, pues es ella la que tiene el movimiento, ella vendrá a mí, a la encadenada.
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C.Blázquez (de Líticas autointuiciones)
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