Señor, ¿por qué un pájaro de cerca puede ser un monstruo?
Lo tengo en mis manos, y tiemblo de miedo.
Es como si fuese mi propio corazón.
Tiemblo, porque puedo matar
esta flor caliente y viva,
hacer que por su boca salgan
todas las mañanitas límpidas.
¿Por qué un pájaro es cosa siempre nueva para nosotros?
Señor, ¿por qué en nuestras manos palpita el crimen?
2 comentarios:
Tremendo, y ahí me quedo, entre alas arrojadas. Un texto fabuloso.
A mí me pasó lo mismo, querido Antonio, cuando lo leí por primera vez,tan abrupto y robusto es lo que señala este poeta, una revelación que pocas veces se da,y se da, y hay que aceptarla ya, para toda la vida.
Abrazo
k
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