Ello está bien
atado como un loco
de atar a ella
tan minuciosa en semblanzas
Ella dice que toda semblanza
es premonición
y que sólo quiere
descansar como un valle
Ello reaparece
y cambia de postura
Ella y ello cambian de postura
Ello dice que cada postura
es retroceso
y ella dice que sí
porque es recordatorio
y se mete los dedos del pie
en la boca
que es donde ella guarda los recuerdos
y encuentra un regreso imaginado
al movimiento de la lengua
antes de la sílaba labial
cuando el pasado cesa
y un puente tiembla y se mece*
con la cosa viva
separada de la vida
por un fausto y mortal crecimiento
Ello se apega dúctil
con inflorescencias invasoras
y dice: liviana muerte soy y te adormezca
Ella anhela ese rumor de alejamiento
ese ruido de las partículas
el gozo de su radiación:
sólo se mueve la onda y sobre sí
¡Ah! es un instante tan mínimo
que el dolor que sobrevuela
no tiene donde posarse
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* verso de una saeta popular de Sevilla
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C.Blázquez (de Logoi spermatikoi)
3 comentarios:
Hoy, Carmen, los artículos resumen un presente personal donde solo existe un hombre que camina en torno de su propia cárcel. Y no hay puente que tiemble entre ese hombre y la vida misma.
Si, Carlos, no hay vuelta atrás, pues altas son las cárceles invisibles.
Gracias por tu lectura
Un abrazo
k
"¡Ah! es un instante tan mínimo
que el dolor que sobrevuela
no tiene donde posarse"
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