de Las sombras de las ideas,De umbris idearum,G.BRUNO
Intención vigésimotercera.Z
La sombra no está sujeta al tiempo, sino al tiempo de una cosa; ni al lugar, sino al lugar de ésta; ni al movimiento, sino al movimiento de ésta. De modo parecido debe entenderse por lo que respecta a los opuestos. Se abstrae de toda verdad, mas no existe sin ella. Y no hace que seamos incapaces de intuirla -si realmente se trata de la sombra de las ideas-, puesto que, pese a ser única, permite concebir realidades contrarias y diversas. De hecho, no hay nada contrario a la sombra, y precisamente ni la tiniebla ni la luz lo son.
En consecuencia, a la sombra del árbol de la ciencia* se refugió el hombre, con el fin de conocer la tiniebla y la luz, lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, cuando Dios le preguntó: "Adán, ¿dónde estás?".
*En la obra de Bruno, el árbol de la ciencia encarna precisamente esas realidades contrarias y diversas. En este sentido, un pasaje del tratado De gli eroici furori resulta sumamente meridiano: "[El insensato] no tiene sentido de la contrariedad, que es representada por el árbol de la ciencia del bien y del mal"(Los heroicos furores)
Corral de locos 1794,óleo sobre hojalata, Francisco de GOYA,
La gran sombra Heinrich W.TISCHBEIN,acuarela,c.1805
Hay que alejarse mucho para ver el eclipse y comprobar la sombra de lo Invisible sobre uno mismo. Las preguntas... y Eso, nos es dado.
C.Blázquez, de A la sombra del sol
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