oye en los gritos de garza
lo que tu decir no daba:
Tus astas eran amor
esqueleto de mis alas
tácito azul de la boca del ciervo
despacio amante muerte fragua
y no se fieren
de arquero lance
es la funesta sed
de riberas en ciernes
que a la garza y al ciervo
siempre malfiere
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de Mil y ninguna maneras de mirar un ciervo-(en Apoplejías del hereje)
C.Blázquez
4 comentarios:
Me ha encantado la música de tus palabras, tienen luz y canto
saludos
anamaría
en el grito y en el canto está el encanto, en el decir sólo manto,
Ana, si tu comentario me confiere tus encantos nota soy y agradecida
saludo en danza y acorde
k
Hermosísima versión de la canción medieval, donde siempre la sed de cada cosa dañaba mucho más que el venablo.
Me parece de una inspiración soberbia; si mérito tiene actualizar esa lírica, qué decir de ti, que has elegido el gran decir desde su centro mismo.
Saludos afectuosos, Karmen
Querido Durandarte,así es, es el más fiero fierro, permanencia sin tiempo,no se desprende, y ese cantor supo dejarlo en nuestro idioma. Yo no he podido evitar inimiscuirme en aquellos sonidos, la garza enamorada y el ciervo de San Juan, siempre son animal vulnerado.
También en acorde y danza
mi saludo agradecido
k
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