[...] Un lugar la atrae. Por momentos. En él se yergue una piedra. Blanca desde lejos. Ella es lo que la atrae. Rectángulo curvado tres veces más alto que ancho. Cuatro veces. Su estatura ahora. Su pequeña estatura. Cuando le sucede esto debe ir allí. No la ve desde el refugio. Sabría ir hasta allí con los ojos cerrados. Ya no se habla. Nunca se ha hablado mucho. Ahora nada en absoluto. Como si tuviese la desgracia de estar aún con vida. Pero en esos momentos a sus pies la plegaria, Lleváosla. Sobre todo por la noche con tiempo claro. Con o sin luna. La llevan y la detienen delante. Allí ella también como de piedra. Pero negra. Bajo la luna a veces. Las estrellas a menudo. ¿Le tiene envidia? [...]
Trad. Jenaro Taléns, para Relatos de Samuel Beckett-ed. Tusquets 2005
3 comentarios:
"como si tuviese la desgracia de estar aún con vida"
Todo la desesperacíón apretada en esa frase...
Gracias, Karmen, por acercarnos a Beckett
abrazo
Liliana
Sí, querida Liliana, la vida como una sentencia terrible, sentencia a vivir,... Beckett conoce esa condena.
Abrazo fuerte
k
https://www.facebook.com/lamujercaracol
Saludos cordiales.
Beckett es el primo que nunca tuve, o el hermano que siempre quise tener. En fin, cualquier ejemplo me serviría con el viejo flaco "aguirrado".
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