LA ROPACARNE limpia
tendida en la yerba sorda
por el estruendo
¡Qué ademán de cuna el barro
para la seda rota!
Y como somos tantos nos sujetamos en pie
Y como somos tantos nos olvidamos
No he de pedir venganza ni justicia
No miraré a los ojos del augur que calla
ni escucharé su jactancia
ni rogaré a su Dios que está tan cerca.
Lloro con Celan para decirle
“¡Ruéganos a nosotros, Señor, que estamos cerca!”
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C.Blázquez de Esfacelos
Beethoven-quartet 15 op 132
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