plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

martes, 7 de octubre de 2008

CIRLOT-NOVALIS-DUBUFFET


Jean Dubuffet-El mago


EL PENSAMIENTO DE NOVALIS Y LA PINTURA ABSTRACTA-CIRLOT


Es sabido que, con frecuencia, antes de que una ideología, estilo o tendencia artística aparezcan en pleno desarrollo y reconocibles a la mirada del historiador, han solido surgir, discontinua y a veces ambiguamente, elementos que sin embargo preconizan y anteceden con su actividad esa eclosión futura. La pintura abstracta, también llamada "no figurativa", con título que justamente alude a su aspecto negativo, destructor si se quiere, de las tradicionales imágenes inspiradas en el universode la realidad visual, también fue presentida por ciertos espíritus que intuyeron la posibilidad de su presencia, no ya en la auténtica "abstracción" intelectual que fundamenta cualquier clase y estilo pictórico,sino exterior y también en aquellas formas de creación que operaban desde el esquematismo de la prehistoria en unos cuces no figurativos, llámense tectónicos, rítmicos, simbólicos u ornamentales. Entre los pensadores que prepararon la factibilidad de una pintura basada en las meras relaciones de los elementos plásticos (color, forma, línea, materia dinamizada), tanto en su estructura como en su más profundo carácter de manifestación de una realidad interior, encontramos al poeta alemán Friedrich von Hardenberg (1772-1801), conocido por el seudónimo de Novalis. Se le deben aparte de sus poemas en verso, tres obras en prosa de inagotable interés: la serie de aforismos compilados bajo el título de Fragmentos, adecuado a lo discontinuo del discurso; el ensayo bajo la forma de poema en prosa Los discípulos de Sais, y la novela, también poemática, Enrique de Ofterdingen, que enaltece el idealismo mágico en réplica al racionalista Wilhelm Meister goethiano.
En los Fragmentos y en Los discípulos de Sais hay algunas ideas que nos parecen apuntar verdaderametne a un sarte situado en el campo de sus puras exigencia autónomas, rígicamente diarético frente a las constricciones de un universo poblado de objetos y de seres, pero dócil por entero a los mandatos de la emoción y energía espiritual Más que aludir concretamente a problemas artísticos y a la solución supuesta por una pintura no figurativa, Novalis dirige su pensamiento hacia la zona en la que un semejante tipo de creación humana habría de hallar su fuego vital. Se atreve incluso a plantear con claridad la problemática de todo impulso de creación abstracta, en lo que éste pueda tener de negador de las fugaces apariencias. Dice:"¿De qué sirve recorrer penosamente el agitado mundo de las cosas visibles?" y nos permite, con esta frase, penetrar de golpe en el interior de su espíritu, "maduro para la muerte" como diría Nietzsche, por lo menos, para la muerte en este universo agitado. Y aclara la noción afirmando seguidamente: "Un mundo más puro habita en nosotros, en el fondo de esta fuente." Poco antes había anticipado una de las causas perennes que, desde el gnosticismo, y sobre todo en su corriente, pueden motivar la actitud negativa ante la realidad fenoménica, diciendo: "La naturaleza sigue siendo el aterador molino de la muerte", con lo cual, si estableciéramos las consecuencias correctas, advertiríamos que el arte contrapuesto al que se apasiona por lo real tiene el mítico impulso de negar, con el mundo de las figuras, el mundo de las condenaciones a la muerte. La posición religiosa de Novfalis no le impide declarar que, para él, "la poesía es lo asoluto real", y que, por consiguiente, sólo refugiándose en la autenticidad del espíritu concebido como ente autónomo cabe huir a la vez de la mortalidad y de la falacidad de cuanto aparece ante nosotros.
Podría juzgarse que estos aforismos de Novalis apuntan a una negación profunda de toda actividad artística, almodo de ciertas confesiones religiosas semíticas o, cuando menos, hacia un horizonte situado por encima de cualqauier realización humana. Pero la intención de su pensamiento no parece ser ésta cuando dice: "Cuanto más positivos llegamos a ser, más negativo es el mundo que nos rodea", con lo cual precisa que su actitud rebeladora se dirige sólo contra la exterioridad. Predica, pues, una poesía y un arte basados en un exclusivismo de lo interior, de lo mental, de lo abstracto; y por ello habla de "la fuerza que se incita a sí misma", lamentando que "a nadie se le ocurrió descubrir nuevas fuerzas, aún sin nombre, y estudiar el proceso de sus conexiones". ¡Qué presente ese carácter de actividad "otra" que posee todo el arte no figurativo, en una ideología semejante¡ Fanática, cierto es, pero de una pureza de cristal tallado o de reflejo azul en el hielo de una cumbre. Insiste Novalis en la autonomía de cada cosa respecto a sí misma -verdad tan olvidada por los que niegan a la pintura el derecho de constituir un universo independiente con los hechos plásticos- ya firma que "todas las íneas curvas (por ejemplo) nacen sólo de sí mismas, así como la vida sólo nace de la vida".
Penetra Novalis en el ámbito estético en otros aforismos de sus Fragmentos sin abandonar el sentimiento conductor que hemos analizado, sino desenvolviéndolo hasta sus lógicas derivaciones. Indica que "el artista sólo desea llegar a una 'comunicación comprensible' , pero el arte es, ante todo, jeroglífico. La fuerza comunicativa del lenguaje y la imaginativa son indivisibles" . Con esta aseveración se anticipa en más de un siglo a los teóricos del arte como signo y no como representació n (incluso en el caso del arte plenamente figurativo) y tambien a los psicólogos que han distinguido el idioma artístico del puramente comunicativo precisamente por esa carga emocional sublimada que no posee el segundo y que lleva el primero a sus imprescindibles hipérboles, nunca decorativas, sino necesarias para la entera transmisión del mensaje creador, mito y luz a un tiempo. Y ratifica Novalis que lo importante en el arte es ese factor iluminante y no el apoyado en la presencia fenoménica, al decir: "En ninguna parte mejor que en la música descubrimos que sólo el espíritu poetiza el objeto, las modificaciones de la materia; y que lo bello, objeto del arte, ni nos es dado ni se encuentra ya en la apariencia". Su gran intuición de la posibilidad de un arte abstracto, es decir, dirigido no "a poetizar el ojeto", sino a substantivar la poesía delhecho plástico, se encuentra tamién en los Fragmentos, en aquel pensamiento que dice: "Los arabescos, modelos y ornamentos, he ahí la música realmente visible", esto es, la creación espacial y visual llevada las condiciones de la música que, no lo olvidemos, era para Schopenhauer, la pura manifestación de la "voluntad cósmica" y del movimiento interno, profundo, que pasa por sucesivos estados objetivos dando lugar a paisajes, objetos, seres y creaciones materiales. Avanza todavía más Novalis en sus premoniciones, no sólo aludiendo a la posible creación abstracta, sino explicando ya el trasfondo de tal sistema de formas y estructuras. Señala que "toda realidad creada de la nada (como por ejemplo, los números y las expresiones abstractas) presenta extraña analogía con las cosas del otro mundo, con series infinitas de combinaciones y de relaciones singulares y, en cierto modo, con un universo poético, matemático y abstracto en sí". Leyendo esto, y comprendiendo el sentido en que Novalis habla de una realidad "creadora de la nada", o sea, sin apoyo sensorial e inductivo, pensamos que por fuerza hubo de conocer, si no una pintura y escultura abstractas, que en su tiempo no existían, sí algunas creaciones del prodigioso arte abstracto-ornamenta l de los puelos célticos y germánicos, desde las edades del metal hasta eladvenimiento del estilo románico,y que, como vio justamente Woringer, fueron, entre otras cosas, el substrato del gótico, pudiendo igualmente nosotros afirmar ahora que de la misma manera consituyen el fondo racial, cultural y de apentencias dinámico-esteructura les que ha hecho brotar la abstracción de nuestro tiempo. Novalis, con un sentimiento que emparenta con la Weltanschauung celta, y reiterando los fundamentos de su discursividad fragmentada, cide: "Estamos más íntimamente unidos con lo invisible que con lo visible", declaración que pone ante nuestro pensamiento la tan olvidada verdad de que "el hombre es doble" y que si uno de sus dominos es la superficie del planeta, el otro consiste en las profundiades de su vida interior, tanto o más rica en paisajes y en animadas figuras o sombras, aptas, desde luego, para ser transformadas en pintura representativa al modo que llevaron a efecto prerrafaelistas ingleses y simbolistas en la segunda mitad del s.XIX, pero también aptas para verterse directamente en el color, el grafismo, la forma agitada o convulsa.
En Los discípulos de Sais, Novalis, más que cortar radicalmente el puente que une el espiritu con la vida exterior, muestra el efecto que una larga meditación puede producir sobre la elección contemplativa espontánea. Destruye la normalidad figural del mundo no por su negación, sino por su "reducción a una escritura" que se encuentra en todas partes. Presiente aquí la vasta e ignota morfología que el hombre ha contemplado al ampliar, por medio de procedimientos y útiles científicos, sus posibilidades de visión. Aun cuando se refiere particularmente a los movimientos del destino, insensiblemente los traslada y duplica en los signos,huellas y formas que el mundo natural oferece dondequiera que sea contemplado. Dice: "Los hombres marchan por diversos caminos; quien los siga y compare, verá surgir extrañas figuras; figuras que parecen pertenecer a aquella escritura difícil y caprichosa que se encuentra en todas partes: sobre las alas, sobre la cáscara de los huevos, en las nubes, en la nieve, en los cristales,en la configuración de las rocas,sobre el agua congelada, dentro y fuera de las montañas, de las plantas, de los animales, de los hombres,en los resplandores del cielo, sobre los discos de vidrio y de resina cuando se frotan y se palpan; en las limaduras que se adhieren al imán y en las extrañas conjeturas del azar..." Esta cita, cuya extensión debe perdonarse en razón de su interés, prueba que Novalis vio el mundo a fines del siglo XVIII, tal como lo ven ahora los artistas que no se detienen en la forma, sino que ahondan en las leyes estructurales y en los recónditos arcanos de una realidad cada vez menos regida por sus aspectos camiantes y externos,.aunque con esa larga y penosa batalla no sea posible vencer, acaso, sino en aspectos tácticos.
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en Miscelania Fontseré. Gustavo Gili, Barcelona 1961

2 comentarios:

meridiana dijo...

Karmen, me he acordado de vos estos días, leyendo de Kafka a Kafka de Blanchot y luego cuando subí la entrada, me decidí en uno de sus "desvíos" por Novalis, aunque también tenía un poema de Cirlot.
Como ves, las casualidades son esas causalidades que nos reencuentran en alguna zona de la escritura. Gracias por tus palabras en AERA, un abrazote

Lilián

karmen blázquez dijo...

Claro que creo en la caUsalidad de esas casualidades.Hay hilos no visibles que nos envuelven.
Gracias querida Lilian por tus cariñosos pasos
Abrazo
k