plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

martes, 21 de junio de 2011

nombre, palabra,-Elias CANETTI



Para mí, Gérard de
Nerval sería ya un poeta por el simple hecho de creer que descendía de Nerva.
Todas las relaciones aritméticas, las proporciones, los destinos y las trayectorias elípticas me son indiferentes; todas las relaciones a través de los nombres me resultan, en cambio, estimulantes y verdaderas.

Mi dios es el nombre, la respiración de mi vida es la palabra. los lugares cuyos nombres palidecen me son indiferentes, no he estado en ningún lugar cuyo nombre no me atrajera.
Me asustan la disección y la explicación de los nombres, las temo más que a un asesinato.

Es curioso ver cómo nos acercamos más a la verdad con las palabras en las que ya no creemos del todo. La verdad como una reanimación de palabras moribundas.

También tenemos que saber dar sin sentido, de lo contrario, se nos olvida el dar.
(1956)
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de Apuntes I-trad. J.J. del Solar y Beatriz Galán-ed. De bolsillo-

4 comentarios:

Román dijo...

Supe de Elias Canetti por mi profesora de alemán que me hacía leer Die Gerettete Zunge. Interesantísimos sus recuerdos de lafamilia judía de su infancia y ka anécdota sobre la amenaza de cortarle la lengua si contaba lo que había visto en su infancia que tan niño, debió de marcarle. Tus post siempre tan interesantes. Mi blog y algunos picoteos en matemáticas y física me tienen algo alejado del alemán que, al leerte, ha vuelto con fuerza a pedir que no le desatienda,

Fackel dijo...

La palabra es el pensamiento. El mal uso de las palabras denota una turbia conducción de las ideas. No hay más que observar a políticos estrellas, personajillos de tertulias tv con pretensiones de periodistas y también periodistas. El poder sabe de la fuerza de la palabra. De su larga proyeccción. La primera pretensión del poder sobre la palabra es abortarla; si no lo logra, la desvirtúa; si no logra restar contenido la llena de infamias. Analiza cómo se está usando y abusando del término indignados. Acabará convirtiéndose en descalificación. En boca de muchos salvajes del sistema ya es una descalificación. Hemos olvidado el valor de la palabra. Tiene contenido estético también. Y la estética va vinculada a la ética. Hemos cerrado el círculo del elemento vital del ser humano: la palabra.

Gracias por traer aquí a mi apreciado Canetti (Canuto de la provincia de Cuenca, de los sefardíes expulsados por los "genios" de la unidad nacional denominados Reyes Católicos)

karmen blázquez dijo...

Es un misterio que todavía está por descubrirse. Me fascinó Masa y poder, y Auto de fe, pero hay algo precisamente en esa autobiográfica que mencionas(La lengua salvada? vs.absuelta?)que queda velado, y que Magris en su libro El Danubio(ameno casi siempre)"reprocha" desde la máxima admiración y respeto.
Pero "locuras" como lo que dice de Nerval, me hacen cómplice profundamente.
Adelante con el alemán, que requiere un constante repaso
Un cordial saludo, Román

k

karmen blázquez dijo...

Te comprendo Fackel, pues la indignación es medio lema de tu tiempo. Es una indignación "KarlKráustica" y por lo tanto del individuo, y no de un individuo blando ni acomodaticio precisamente.
Paso de los medios hace mucho tiempo,y de los repugnantes políticos, y de la masa que ya ha demostrado en las recientes elecciones democráticas lo que prefiere, lo que reclama: trabajo y bienestar, o mejor dicho confort.
Cualquier pensamiento de Canetti, o de Kraus, les resultaría "inoperante". Son autores para leerlos "íntimamente", para un "endoesparcimiento" hasta donde uno ya no pueda más. Y releerlos una y otra vez, para evitar que cada "quién" no acabe siendo un Kien o una Teresa ruínes. Los Reyes Católicos y la historia consumada no se pueden cambiar, pero lo que sí sería factible es quitarnos al menos un motivo de indignación si retiraramos esta monarquía chata y ñoña que tenemos. Me resultan insoportables.
Yo tenía entendido que era Cañete, pero igual da, lo cierto es que tuvieron que irse, y en el fondo creo que si se hubieran quedado en España, el Canuto o Cañete no hubiera sido Elias Canetti. Suerte tuvieron de desarrollarse fuera de la connivencia de los reyes y de la iglesia católica que tantas mentes y vidas han talado.
Un cordial saludo
k