Lejos de tu lecho pernoctas
junto a pequeños frutos
ensimismados a más no poder
Tú te has cruzado de brazos
para conocerte mejor
A duras penas dices
no tengo cetro
Mira tu bíceps contraído
y ¿aún crees que no eres
dueño de tus actos?
Balance Alcance
Balanza hubiera
Puedes hablar de la nada
como una afirmación
pero ¿y las Horas?
¿Quién por las terribles
no retiene aún las lágrimas?
Ya he dejado a los árboles
respirando por mí.
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C.Blázquez (de Rigurosa la lágrima)
2 comentarios:
¿Quién puede no temblar ante semejante interpelación?
Somos dueños de un vasto extrañamiento.
(De lo mejor que he leído en mucho tiempo.)
Un abrazo
P.
Gracias Durandarte por compartir esta extrañeza, por sentirla, porque a fin de cuentas, el poema que otro recibe, como tú en este caso, rescata u otorga nueva luz a lo que en principio puede ser absurdo, para confirmarlo en lo extraño, que no es lo absurdo, y asumirlo tal como es
Abrazo
k
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