página en negro sobre la muerte del párrocoYorick
Lenguaje y conciencia en Tristram Shandy de Lawrence Sterne:
Los mimbres de la novelística moderna*--Rafael Ramis Barceló
[...]Sterne muestra la otra cara de la psique, las tensiones entre la conciencia y el inconsciente. Curiosamente, en
Tristram Shandy
la conciencia -asociada a la voluntad- y el lenguaje parecen estar de
un mismo lado: ambos parecen alinearse -o así nos lo quiere presentar el
autor- para lograr una narración adecuada
[19]. Sin embargo, el
inconsciente más freudiano se entromete de nuevo en una asociación de
ideas que el propio Locke no había contemplado
[20]. Es cierto
que si el narrador se esfuerza en seguir un hilo puede lograr una
narración lineal y lógica: el nacimiento de Tristram
[21], sus
primeros días, el reconocimiento de sus padres, etc., pero es igualmente
lógico e irreprochable formalmente que antes de que Tristram nazca se
han producido ya algunos hechos que el propio escritor conoce y que le
vienen a la cabeza cuando narra
[22]. La historia -piensa el
narrador- no empieza con el nacimiento, sino en la concepción, y esa
concepción asimismo tiene su por qué, y así sucesivamente
[23].
Las asociaciones se producen mediante el sueño, los lapsus, los juegos
de palabras, los actos fallidos, los chistes... El inconsciente, tal y
como lo considera Freud, tiene la particularidad de ser, por una parte,
interno al sujeto -y, por ende, a su conciencia- y, por otra,
inaprensible por parte del pensamiento consciente. Se trata de un
resorte psíquico automático que está permanentemente activado, y que
interactúa con el caudal de recuerdos, emociones y sensaciones,
combinándolas a veces de forma poco verosímil.[...]
leer artículo completo
aquí
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Paradoja de Tristram Shandy-B.RUSSELL
Tristram Shandy, como todos sabemos, empleó dos años en
historiar los primeros dos días de su vida y deploró que, a ese paso, el
material, se acumularía invenciblemente y que, a medida que los años
pasaran, se alejaría más y más del final de su historia. Yo afirmo que
si hubiera vivido para siempre y no se hubiera hartado de su tarea,
ninguna etapa de su biografía hubiera quedado inédita. Hubiera redactado
el centésimo día en el centésimo año, el milésimo día en el milésimo
año, y así sucesivamente. Todo día, tarde o temprano, sería redactado.
Esta proposición paradójica, pero verdadera, se basa en el hecho de que
el número de días de la eternidad no es mayor que el número de sus años.
Bertrand Russell,
Mysticism and Logic. Citado en
Cuentos breves y extraordinarios, p.127.
de Borges y Bioy Casares