plano de la casa de Samsa,
plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov
jueves, 19 de junio de 2008
de Recuerdos de otro-C.Blázquez
Nos sentamos en el suelo a esperar; los gorilas, según nuestros cálculos, pasarían delante de nosotros. Queríamos verlos venir, y que nos vieran.
Hacía dos semanas ya que vivíamos en la selva, y nuestros oídos estaban bastante acostumbrados a la polifonía del ambiente; hablábamos poco, porque no nos era necesario al estar en un hábitat en el que éramos los únicos parlantes. Enseguida nos dimos cuenta por el ruido que hacían al separar el ramaje, que en unos momentos aparecerían. Nos miramos e instintivamente apoyamos las manos en el suelo. La hembra con la cría en brazos iba delante, y bastante separado de elllos el macho. La hembra no comía tanto de lo que encontraba como éste, y al vernos giró todo su cuerpo hacia atrás, hacia el macho, y siguió. El macho sin embargo seguía comiendo ramas con fruición, incluso nos miraba mientras las arrancaba, se detuvo unos minutos dos o tres veces delante de nosotros, pero no dejaba de comer ni de mirarnos y antes de desaparecer de nuestro campo de visión, volvió la cabeza varias veces. Nos había mirado uno por uno, y después de eso, cuando nos miramos entre nosotros, no pudimos aguantarnos la mirada; los seis nos tumbamos en el suelo.Unos boca arriba y otros boca abajo.Ninguno de nosotros se puso en pie y tampoco estábamos pensando. [...]
de Recuerdos de otro-C.Blázquez
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