CANCIÓN DEL JARDINERO INMÓVIL
Lo que no sospechaste
vive y tiembla en el aire.
Al tesoro del día
apenas si tocáis.
Van y vienen cargados
sin que los mire nadie.
Vienen rotos, pero vírgenes
y hechos semilla salen.
Os hablan las cosas y
vosotros no escucháis.
El mundo es un surtidor
fresco, distinto y constante.
Al tesoro del día
apenas si tocáis.
Os veda el puro silencio
el torrente de la sangre.
Pero dos ojos tenéis
para remontar los cauces.
Al tesoro del día
apenas si tocáis.
Lo que no sospechaste
vive y tiembla en el aire.
El jardín se enlazaba
por sus perfumes estancados.
Cada hoja soñaba
un sueño diferente.
Lo que no sospechaste
vive y tiembla en el aire.
Al tesoro del día
apenas si tocáis.
Van y vienen cargados
sin que los mire nadie.
Vienen rotos, pero vírgenes
y hechos semilla salen.
Os hablan las cosas y
vosotros no escucháis.
El mundo es un surtidor
fresco, distinto y constante.
Al tesoro del día
apenas si tocáis.
Os veda el puro silencio
el torrente de la sangre.
Pero dos ojos tenéis
para remontar los cauces.
Al tesoro del día
apenas si tocáis.
Lo que no sospechaste
vive y tiembla en el aire.
El jardín se enlazaba
por sus perfumes estancados.
Cada hoja soñaba
un sueño diferente.
3 comentarios:
Grandioso Lorca, como simpre ... Podés buscar PAco Ibáñez en You /Tube, gran cantaautor, que canta poemas de Lorca , entre otros poetas españoles...
Saludos afectuosos Aquileana
En relación al comentario que me dejaste sobre la Montaña Mágica y tu experiencia personal de Lectura de esta colosal novela de Mann, referente a tu comunión con leste libro y particularmente con sus personajes, cito una frase que aparece en Sobre la Lectura de Marcel Proust:
“Una vez leída la última página, el libro estaba acabado. Había que frenar la loca carrera de los ojos y de la voz que los seguía en silencio, deteniéndose únicamente para volver a tomar aliento con un profundo suspiro… Entonces, ¿qué es lo que pasaba? Aquel libro, ¿no significaba nada más? Aquellos seres a los que habíamos prestado más atención y ternura que a las personas de carne y hueso, no atreviéndonos nunca a confesar hasta qué punto los amábamos, e incluso cuando nuestros padres nos sorprendían leyendo y parecían reírse de nuestra emoción, cerrando el libro con una indiferencia afectada o un aburrimiento fingido; aquellas personas por las que habíamos temblado de emoción y sollozado, no volveríamos a verlas, no volveríamos a saber ya nada de ellas”.
Link Proust:
http://aquileana.wordpress.com/2008/03/13/marcel-proust-sobre-la-lectura/
Un beso Grande, Aquileana :)
Así es, querida Aquileana, la escritura puede producir esos estados paralelos a la realidada, bien lo sabía don Quijote, y bien lo sabía Proust, y bien lo sabemos todos los que en un libro hemos sentido la vida con más intensidad que la cotidiana "vivi-sección".
Un fuerte abrazo cómplice
k
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