TENGO frío bajo un arco que separa la existencia y la luz,
que separa cuanto he olvidado
y la última luz
***
UNA pasión fría endurece mis lágrimas.
Pesan las piedras en mis ojos: alguien
me destruye o me ama.
***
PUSE mis manos en un rostro y las retiré heridas por el amor.
Ahora,
el olvido acaricia mis manos.
***
LAS uñas de animales inexistentes arrancan nuestros ojos en los
sueños.
Así es la noche.
***
HASTA los signos vienen
las sombras torturadas.
Pienso en el día en que los caballos aprendieron a llorar.
***
QUIZÁ el silencio dura más allá de sí mismo y la existencia es
sólo un grito negro, un alarido ante la eternidad.
El error pesa en nuestros párpados.
***
YA
no hay más pasión que la indiferencia. Sé
que el destino se opone a la eternidad. No hay pues
destino ni eternidad.
Sin embargo,
alguien gime en la habitación. Aún
la desaparición no es perfecta.
No
cesa la ebriedad, no viene
la lucidez sin esperanza.
Un minuto de descanso para la terrible palabra del penúltimo Gamoneda.
ResponderEliminarFeliz Año, Carmen
Pármeno
Es el amable, es el pobre y el huérfano, es el hijo y"la Viuda",su propio hermano,su paredro,el padre, el esposo-amante, el viejo venenoso, el nieto de sí mismo, el justo,y bien dices, el terrible, el necesario en la poesía de España,
ResponderEliminarSan Juan el Salvador, y Lorca, Cirlot y Gamoneda los tres ladrones buenos, los redentores
Gracias Pármeno,
Salud Os y abrazo
k